Una experiencia cautivante

Hay otro camino con el Puma

Desde tierra trasandina llega otra manera de relacionarse con el Gran Felino Americano. Existe la posibilidad de conjugar virtuosamente la presencia del Carnívoro tope de cadena alimentaria con la posibilidad de generar divisas a través del avistaje. No hace falta perseguirlos, matarlos o envenenarlos. En las Torres del Paine chilenas es otro el enfoque, y en este envío te mostramos porqué además de ecológico, es un gran negocio cuidar de nuestra fauna. ¿Encierra algún peligro? ¿Son realmente depredadores en gran cantidad de ganado doméstico? Te contamos la dinámica de relacionamiento y el futuro de una verdadera ‘’industria sin humo’’.

  • 03/08/2021 • 11:45
Hay otro camino con el Puma.
Hay otro camino con el Puma.

Por Mariano Tagliotti

José Vargas Muñoz, guía de avistamiento en el Parque Torres del Paine (Chile) para la empresa Wayajapuma, da su testimonio a TiempoSur: ‘’El trabajo con este magnífico felino ha ayudado a la difusión de esta especie y su importancia en el ecosistema dentro del parque nacional Torres del Paine, se ha trabajado con avistamientos por un poco más de 30 años, se han hecho estudios, marcas para seguimiento y documentales, y desde hace un tiempo nos hemos dedicado a la fotografía de Pumas para turistas, esto ha tenido impacto positivo y negativo, ya que hay varias empresas que hacen avistamiento, entonces el puma se adecua a las personas, eso claramente no es muy positivo, por eso es importante hacer un buen plan de manejo al respecto, el impacto positivo es sin duda, que ellos se sienten seguros en sus espacios y así siguen manteniendo sus crías en esos sectores,. Si bien llega un momento en que las crías se alejan de sus madres, no se van tan lejos, van conquistando territorios cercanos’’.

Continúa Vargas contándonos: ‘’La fotografía o el turismo por avistamiento ha generado intereses en las estancias de ganado bovino u ovino y se han dado cuenta que conviene más cuidar al puma que cazarlo, es un tipo de turismo muy específico y cotizado por turistas de todo el mundo. Las estancias han comenzado a implementar este tipo de turismo basado en que la dieta del puma principalmente por estudios es de aves, guanacos, liebres y solo un porcentaje menor es el de la oveja y potrillos, algunas estancias han dejado muchas hectáreas de terreno para su conservación, es un trabajo largo, el hecho de que el puma se adapte a nuevos espacios donde antes eran cazados, pero se puede, de hecho, ya se pueden fotografiar algunos ejemplares dentro de los terrenos.

‘’En algunas estancias más alejadas, tienen más problemas de convivencia con los pumas, ya que el felino tiende a cazar más especies de ovinos y bovinos, pero esto se produce, porque en esos mismos terrenos se cazan guanacos, entonces el puma busca otro tipo de alimentación’’.

Trabajo de innovación

El guía padre de dos hijos y ecologista por herencia familiar (su padre José Vargas es guardaparques hace más de 25 años) se sincera: ‘’Durante los primeros años fue difícil, era un trabajo de seguimiento para lograr conocer sus horarios y movimientos, que ellos nos acepten y no huyan del sector. Actualmente, dentro y fuera del parque, en los límites, hay alrededor de 130 pumas, de los que conocemos.

Claro que los pumas se mueven constantemente, por ejemplo, en un día bueno de avistamiento se pueden ver unos 13 pumas fácilmente, durmiendo, comiendo, caminando o simplemente descansando en alguna roca en lo alto de algún cerro.

Para realizar este tipo de avistamiento, hay que tener mucha paciencia y no molestarlo durante su rutina, ya sea de movimiento, alimentación o descanso, el puma, por lo general, no ataca, pero sí hay que tener respeto y no interferir en su rutina, si se cumple con esto, es mucho más sencillo lograr una buena fotografía, es importante que el pasajero entienda que los guías dan indicaciones precisas para mantener la seguridad del grupo y deben cooperar para lograr realizar la actividad de manera responsable y segura’’.

Una experiencia diferente en un lugar soñado

En el Parque Nacional de la Patagonia chilena, a unos 2.800 km de Santiago, el gran felino americano habita en un territorio de 227.000 hectáreas de sorprendentes alturas, bosques y aguas cristalinas. Una atracción para turistas y amantes de la fotografía.

Torres del Paine ofrece uno de los paisajes más impactantes del mundo, un ecosistema privilegiado donde conviven cóndores, águilas, zorros culpeos y grises, huemules, guanacos, ñandúes y pumas, entre otras muchas especies, en un escenario de gran biodiversidad compuesto por bosque magallánico, estepa patagónica, matorral preandino y desierto andino. En 1978, el área del Parque Nacional Torres del Paine fue incorporada como Reserva de la Biósfera por la Unesco.

Hogar perfecto para los pumas, en este PN se concentra la mayor población y los ejemplares más grandes del país vecino. En los últimos años, el número de felinos creció de manera notable y también el interés para contemplarlos y fotografiarlos.

“Los turistas que contratan nuestros servicios tienen dos perfiles claros. Están los profesionales que vienen a buscar una buena foto y los aficionados que no andan con grandes equipos, pero sí con todas las ganas de querer observar pumas en estado natural y se emocionan cuando se logra un encuentro”, cierra su testimonio para TiempoSur José Vargas Muñoz –alias Pepe Wayaja–, de la empresa Wayaja Puma.

Estancias Sustentables

Jorge Matetic, propietario de CG, cuenta que la cercanía con el Parque “puede ser un problema o una oportunidad”, dependiendo del ojo con el que se mire.

La depredación del ganado doméstico ?ovejas, llamas y otras especies? por los pumas (Puma concolor) es usual en muchos rincones del mundo donde habita este felino. Como respuesta y atendiendo a métodos anticuados y de probada ineficacia, también lo es su persecución. Chile no es la excepción ante este hecho y menos la Patagonia que es una zona dedicada a la ganadería. Además, en este territorio se ubica el Parque Nacional Torres del Paine (PNTP), uno de los mejores lugares del mundo, según expertos, para observar a este animal. La iniciativa que busca la convivencia pacífica entre el ganado doméstico y la fauna salvaje, y que ocurre en terrenos colindantes al PNTP, es el objetivo de estos párrafos: La Estancia Cerro Guido cuenta con aproximadamente 30 mil ovejas y “el puma puede atacar 30 ovejas en una noche”, asegura José Rivera, administrador de CG. Esta situación, si se repite en reiteradas ocasiones, puede generar un importante impacto económico.

Pero, al mismo tiempo, Matetic detectó que muchos visitantes y agencias de turismo mostraban cada vez un mayor interés por ingresar a la estancia para avistar a los pumas.

Fue este detalle el que impulsó al propietario de la estancia a romper los paradigmas de ver a este animal como una amenaza y en el 2019 convocó a un grupo de expertos para darle forma a esta idea en la que convergen la ganadería, turismo y conservación.

El proyecto lleva ya dos años en funcionamiento y los logros obtenidos son alentadores. En 2019, la población de puma avistada bordeaba los 16 individuos y en 2020 la cifra aumentó a 25. De ellos hay al menos diez ?3 machos y 7 hembras? que se han mantenido durante los dos años en las áreas, por lo que se podría decir que son residentes del lugar.

Pero, además, la depredación de ovejas ha disminuido en un 28%, pasando de 410 muertes registradas a 296.

El puma como aliado

La Estancia Cerro Guido es la más grande de la Región de Magallanes, cubriendo un área de 100 000 ha. El paisaje es de una variada diversidad vegetal compuesta en su mayoría por bosques de lenga (Nothofagus pumilio) o roble de Tierra del Fuego como también es conocido, acompañado de matorrales preandinos, estepa patagónica y desierto andino. Esta zona recibe la visita de cóndores, ñandúes, zorros, guanacos, huemules y, por supuesto, del puma.

Pangui, pantera y cougar son solo algunos de los 80 nombres con los que se conoce también al puma, nombre quechua que quiere decir “animal poderoso” y, en toda su distribución geográfica, que abarca desde el sur de Canadá hasta el norte del Estrecho de Magallanes, “ha coexistido con más culturas que cualquier otro felino en el mundo”, comenta Nicólas Lagos, asesor en conservación del proyecto y experto en pumas.