Historias y experiencias de ex combatientes en Río Gallegos

El próximo 02 de abril se vive una fecha muy cara a los sentimientos de los argentinos, pero mucho más para los riogalleguenses, que por la cercanía al Archipiélago encarnaron vivencias y sentimientos mucho más intensos, siendo parte de la historia que se gestó en las Islas Malvinas.

Para conmemorar esta fecha, el día del Veterano y de los Caídos en la Gesta de Malvinas, participaron este viernes del programa Cambalache que se emite por Tiempo FM 97.5 los veteranos de guerra Daniel Herling y Andrés Fernández, ambos héroes santacruceños por opción que dedican sus días a malvinizar desde el rol en el que les toque pararse.

Fue una charla distendida en la que contaron anécdotas no sólo de sus vivencias durante los días de la guerra, sino de lo que ha significado durante todo este tiempo lograr el reconocimiento de la comunidad y la imperiosa labor de malvinizar desde los más pequeños como símbolo de su lucha constante por la soberanía.   

“Yo soy fundamentalmente actor y tengo el honor de ser veterano de Malvinas. Es lo que soy", dijo Fernández. " A veces está piola juntarlas y a veces se complica, pero las dos me ayudan a estar bien. Desde el año 76 estoy con el tema del teatro. Antes de ir a Malvinas tenía otros proyectos, por eso digo que no solo perdimos la batalla, sino nuestros sueños, las ilusiones. Por ejemplo, yo hubiese estudiado Análisis de Sistema. Empecé, pero cuando vine de Malvinas me echaron por no haber ido a las primeras clases.  Era un soldado conscripto, es decir nos obligaba la ley, y estaba el de carrera. Esa gente no perdió lo que tenía, su sueldo, su obra social, su contención laboral. A mí me echaron del trabajo. Hubo que reconstruir todo eso. En ese marco, el gobierno de Bignone, viendo que muchos de esos soldados conscriptos se quedaron sin trabajo, hace que entren a las empresas del estado. Yo entré a Entel”, contó.

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Vale decir Andrés Fernández,  se instaló en Río Gallegos hace 35 años, llegó buscando estar más cerca de las Islas y un paisaje que se las recordara. No solo encontró eso, sino también un pueblo que  entiende a los veteranos porque vivió esa circunstancia como en ninguna otra parte del país. Tenía 21 años cuando sirvió en el Comando de Comunicaciones durante la Guerra. Estaba de baja en el ejército cuando lo llamaron para reincorporarse a la fuerza y combatir en la Guerra de Malvinas. Se ha dedicado al teatro en esta capital, donde incluso estrenó una obra de teatro basada en algunas de las 200 cartas que recibió cuando luchó en Malvinas: El silencio ficticio. Tras la guerra, esas palabras lo ayudaron a sanar de las heridas. Durante la Guerra, Fernández estuvo en el Comando de Comunicaciones, grupo encargado de construir, reparar y armar líneas telefónicas desde el Comando hasta las posiciones de combate.

Por su parte, el piloto Daniel Herlein, contó que “desde chico me gustaron los aviones. Me anoté a la Fuerza Aérea. Era piloto, pero no sabía manejar un auto”, contó  como un chascarrillo, aunque la anécdota era literal.  

Durante la guerra de Malvinas, se encontraba destinado en la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia, desde donde se desplegó en ocho misiones de búsqueda y reconocimiento marítimo de la flota inglesa. Pasada la guerra y el cruel recuerdo del fuego enemigo, siguió volando y aportando desde su profesión a la búsqueda de pasajeros, auxilios de varados, ayudas necesarias y de urgencia a quien lo requería.

Además de pilotar para la Fuerza Aérea y participar del conflicto bélico de Malvinas, Daniel Herlein tiene una extensa trayectoria como piloto civil en los aires patagónicos, con más de 40 años de experiencia y 12.000 horas de vuelo. Según reveló, tiene dos grandes orgullos en su vida, haber volado con la Fuerza Aérea en el conflicto del Atlántico sur y haber sido comandante de las Líneas Aéreas del Estado (LADE), como jefe de escuadrilla de los Fokker F-27 que volaron en la Patagonia.

La ciudad de Río Gallegos lo declaró “Ciudadano Ilustre como Veterano de Guerra de Malvinas”, y en ese camino se ha dedicado a Malvinizar. Incluso escribió un libro donde narra cada una de sus historias: El lobo; por los cielos patagónicos”.

En la figura de estos dos héroes, el reconocimiento a cada uno de los soldados que ofrendaron su vida en la Gesta de Malvinas y el reconocimiento a quienes volvieron y hoy desde su lugar continúan la lucha para recuperar la soberanía de las Islas desde la paz, la educación y la diplomacia.