La campaña para los que hacen campaña

Durante el año 2022, se llevó a cabo -tras más de diez años de no realizarse- el Censo. A pesar de las grandes expectativas, y tras la publicación de los resultados provisorios del INDEC- se pudo observar que aquellos números no eran precisamente correctos, ya que en los mismos no se refleja el número correcto de personas con discapacidad que existen en el país.

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Como consecuencia de esto, y en un año eleccionario, al no poseer el número correcto de personas que poseen las distintas capacidades no se pueden aplicar correctamente las políticas de inclusión correspondientes. Ante esta situación, se creó la campaña “Síndrome Electoral” -una continuación de la campaña “Síndrome de Números”- la cual busca incluir en la agenda política las distintas acciones que pueden llevarse a cabo para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.

En este marco Sabrina Herreros, integrante de ASDRA (Asociación de Síndrome de Down de la República Argentina) dialogó con TiempoSur y explicó que “este año tenemos la intención de incidir en las agendas de los políticos. Es una campaña que se mete en los que están haciendo campaña. Podríamos decir que es una continuidad de la campaña “Síndrome de Números” a través de la cual -el año pasado- tuvimos la intención de reclamar por la falta de números estadísticos oficiales. La campaña invita a los políticos -del color que sean- a que incluyan en la agenda las necesidades de las personas con discapacidad”

“Queríamos que incluyeran en el censo del 2022 algunas preguntas que tuvieran que ver con determinar específicamente el número de personas con discapacidad en general -el Síndrome de Down en particular- para poder tener números reales  Sin números reales y datos estadísticos, las necesidades que se juntan son muy livianas y siguen de largo”, agregó.

La integrante de ASDRA especificó que la campaña se basa en tres ejes principales:“Hay tres puntos que quisiéramos destacar. Uno de ellos tiene que ver con la recopilación de datos reales y estadísticos para poder incidir en las políticas públicas y poder establecer políticas serias y responsables. Otra cosa que nos gustaría establecer es que  ANDIS -la Agencia Nacional de Discapacidad- tenga una jerarquía política más notable, donde tenga que ver en el incidir en el Estado para que estas políticas se puedan llevar a cabo, lo cual no está sucediendo. Por otro lado queremos impulsar una nueva Ley de Discapacidad donde se priorice la mirada social de la discapacidad y, a partir de ahí, todo lo demás va a venir enlazado. Esperamos que nos escuchen y que llegue a los oídos de los políticos”, remarcó.

Según explica Sabrina, al no poseer un número correcto y concreto de las personas con discapacidad que residen en el territorio argentino, tampoco pueden encabezar políticas acordes a las necesidades debido a que las mismas se ven notablemente disminuídas ante esta variable: “Si no tenemos, por ejemplo, números reales de cuántos chicos con Síndrome de Down o con discapacidades se integran en los espacios comunes, tampoco podemos dar cuenta de cuáles son los avances. Si bien sabemos que hay muchísima apertura en las escuelas, sabemos que no alcanza si no hay números reales”, añadió.

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Para finalizar, la integrante de ASDRA fue consultada por este medio sobre si considera que las políticas públicas destinadas a las personas con discapacidad son suficientes o si aún faltan establecer, Sabrina expresó que “no son suficientes. Todavía tenemos que enfrentarnos al sistema de salud para que las personas con Síndrome de Down tengan las coberturas como corresponde. Todavía tenemos que hacer campaña para que las empresas se animen a recibir a nuestros jóvenes en ámbitos laborales -tanto privados como públicos- tenemos todavía que incidir en aquellos trámites que se realizan para obtener el CUD (Certificado Único de Discapacidad), el cual es importante porque le da a las personas con discapacidad la posibilidad de acceder a todos estos beneficios. Hay mucho por hacer, hay mucho que se puede hacer. Por eso la campaña tiene este espíritu facilitador, porque son promesas que se pueden cumplir. Nosotros, todos los años, escuchamos promesas en las campañas que luego no se cumplen, porque son imposibles de cumplir. Estas son posibles de cumplir y son absolutamente necesarias”, concluyó.