La Laguna Ortiz, bella y necesaria para la ciudad

‘’Es mi lugar de desconexión, siempre que tengo una hora vengo, porque respiro aire puro, me ejercito y es un placer mirar las aves. Creo que forma parte de la identidad de la ciudad y de la historia de vida de cada uno de nosotros’’, nos cuenta Iván, contador de 34 años, practicando caminata.

El espejo de agua de la Zona Sur de la ciudad es zona de encuentros, caminatas, running, bicicleta, entrenamiento de subidas para deportistas, remanso de la naturaleza, equilibrio hídrico como fundamental punto bajo que acapara el agua de la región.

Es un termómetro de cómo está la ciudad. Se necesitan pozos de agua en niveles adecuados porque todos los habitantes de las casas de alrededor saben lo que significa que se levante el viento con las lagunas secas. Se vive un verdadero infierno de arenisca que vuelve muy difícil los días.

Se cuentan desde hace décadas las memorias de los vecinos respecto a los juegos en hielo, las carreras de trineos y las tardes completas con actividades sobre la superficie consolidada. Este año, con la falsa estación (el invierno esquivó Gallegos) no se registraron las históricas imágenes. Sí sucedió en el año 2020, con sus grados extremos de peligrosidad al adentrarse autos y ser necesaria la presencia policial para evitar males mayores desalojando a los incautos.

En la mañana del sábado, el paisaje es soñado. No hay una sola nube en el cielo y sólo una leve y apacible brisa roza los rostros de los riogalleguenses que se acercan a disfrutar de la jornada. Algunos bajan desde el altivo PROCREAR, otros caminan desde el barrio APAP y muchos directamente cruzan la ciudad en dirección al calmo espejo de agua.

Algunos puntos sensibles a mejorar serían la vegetación, que brilla por lo escasa y por la juventud de las especies que se plantaron. Hay pocos sitios donde sentarse y departir el paisaje, y el vecino muchas veces se ve obligado a hacerlo desde el auto, lo cual no es lo ideal en jornadas como la de hoy. La plaza de juegos, la famosa plaza saludable, tiene una buena cantidad de elementos y es uno de los aciertos de planificación. El circuito tiene variantes, como la cinta asfáltica, especial para quienes trotan y las bicis. Ya subiendo las laderas que llevan al barrio PROCREAR, los que se ejercitan en subida de potencia encuentran su lugar, apoyados en ripio. Muchos equipos e instituciones de nuestro medio suelen usar estas pendientes para sus trabajos de pretemporada o ejercicios de oxigenación. Es una verdadera usina de endorfinas y sonrisas la Laguna Ortiz luce limpia, casi impoluta del castigo de los otros espejos de agua de la ciudad, que son verdaderos cantos a la basura desperdigada. Es quizá la más cuidada, la más respetada y menos violentada de nuestras reservas. Debería ser una más, pero funciona irónicamente como casi la excepción a la norma.

Héctor Soto es un jubilado que superó dos infartos y el COVID, que lo tuvo entre las cuerdas. Hoy viene a caminar al velódromo, a ritmo pausado pero constante, con una gorra de Boca Juniors como estandarte y un compañero can que le sigue los pasos sin desfallecer, haciendo las veces de custodio y compañía. ‘’Esto para mí es salud, valoro este lugar, me gustaría verlo más forestado aún, pero a mi edad no lo cambio por nada, además me queda cerca y vengo y me vuelvo caminando’’. TiempoSur le pregunta por la gestión de Riquelme a cargo del club de sus amores, y antes de irse nos devuelve ‘’era mejor como jugador’’.

Un grupo de jóvenes, a la vera del camino que rodea a la Laguna y desemboca en el sector alto, han estacionado dos autos a eso de las 11:00, se han sentado en los capots y observan el paisaje y los perros que pasean junto a sus dueños (siempre es mejor llevarlos con correa para evitar problemas). Están tomando mate, charlando y le comentan al cronista de TiempoSur que son ecologistas, de modalidad Boy Scout, y que hoy tenían pensado ir a la Laguna Azul pero ‘’pintó un poco la fiaca y es lo que tenemos más a mano, vivimos cerca y varias veces hemos colaborado en operativos de limpieza. Es un sitio para valorarlo y cuidarlo mucho’’, dice Valeria, de 19 años, mientras le agrega burrito al mate que matiza el fresquito de la mañana.

Cerca de allí, disfrutando del sol y la entrada de vitaminas importantes en el cuerpo a través del Dios Febo, se halla Valentino, de 13 años, jugador U-15 de Hispano: ‘’Vengo a aprovechar las subidas, todos los findes que no hay partido para tener un poco más de fuerza en las piernas. Me acompaña mi papá que no corre pero hace apoyo psicológico’’ y explota en una carcajada. Festeja que hoy no hay viento y nos saluda para empezar a precalentar.

La Laguna Ortiz se encuentra dividida en tres sectores que abarcan un amplio espacio a la salida sur de la ciudad. El Sector 1, está ubicado en Av. San Martín y calle René Rodolfo Vargas (a espaldas del barrio Docente), el Sector 2 abarca desde Av. San Martín hasta calle Costa Rica, y a lo ancho entre las calles Lago Argentino y Piloto Lero Rivera, mientras que el Sector 3 se ubica frente al área de Forestación de la Municipalidad y comparte el predio con un velódromo, espacio recreativo utilizado por cientos de vecinos a lo largo del año.

Las aves están calmas en las aguas hoy. Nadie las molesta, ningún perro alborozado entra a alterar su paz. ¿Qué son, quiénes son? Entre las patagónicas que llegan al estuario local y a las lagunas que integran el Sistema de Reservas Naturales Urbanas de Río Gallegos (S.R.N.U.) a pasar el invierno encontramos al Macá Tobiano (Podiceps gallardoi), el Ostrero Austral (Haematopus leucopodus), el Chorlito Doble Collar (Charadrius falklandicus), la Paloma Antártica (Chionis alba) y el Chorlito Ceniciento (Pluvianellus socialis), entre otras. Hoy podemos observar distintas especies conviviendo en paz, con la calma del día posada en el agua.

Iluminación. Puesta en valor. Basura cero.  Cuidado. Conciencia. Ecología. Ambiente. Deporte. Aire Puro. Recreación. Aves.

Muchas veces no registramos lo rico que somos en conjunto como sociedad con lugares como la Laguna Ortiz.