Cambios de hábitos

Ley de Etiquetado Frontal: a casi dos años de su sanción, ¿cuánto se cumple?

¿Cómo impacta en el consumo diario de los y las consumidoras el encuentro en góndolas con sellos que indican excesos de grasas saturadas, azúcares, sodio, entre otras señales de alerta que se incluyen en la ley de “Etiquetado Frontal”? ¿Cuáles son los productos que mayor impacto sufrieron?

  • 10/09/2023 • 22:30

Antes de seguir, es importante recordar que la Ley nacional 27.642 de Promoción de Alimentación Saludable -conocida como de Etiquetado Frontal- se sancionó el 26 de octubre de 2021 y el 23 de marzo de 2022 se publicó el decreto reglamentario 151/2022. Según reveló el Mapa Normativo del Etiquetado Frontal presentado en agosto de este año, hubo un avance del 63,3% de los aspectos normativos necesarios para su implementación (sellos, regulación de publicidad, entre otros aspectos), aunque sólo siete provincias adhirieron, lo que impacta principalmente en la falta de reglamentación de los entornos escolares y en las compras públicas de cada jurisdicción.

El Mapa Normativo del Etiquetado Frontal en Argentina nace como herramienta, desarrollada por la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps) y la Fundación Sanar y presentada en la jornada inaugural del 1° Congreso de Políticas Alimentarias en Argentina realizado el mes pasado.

“De acuerdo a las variables estudiadas hasta agosto de este año respecto lo que propone la ley, se observa un avance normativo en la política pública del 63 por ciento respecto su aplicación en todo el territorio nacional” confirma a NA Ignacio Porras, nutricionista y director ejecutivo de la Fundación SANAR.

“La ley de etiquetado frontal es de alcance nacional para todos los alimentos y bebidas ya sean producidos dentro o fuera del país: si se venden en el territorio deben cumplir con la normativa del etiquetado frontal. En tanto, los plazos de adecuación ya terminaron, por lo tanto, esta medida debe ser implementada al 100 por ciento en todo el país”, detalla.

Sin embargo, según datos relevado por el Mapa Normativo, sólo 7 provincias adhieren y tuvieron avances en la aplicación por cada jurisdicción: Salta, Chaco, La Rioja, Neuquén, Río Negro, Chubut y Tierra del Fuego.

En relación a lo que sucede en las góndolas de la Ciudad de Buenos Aires y  el AMBA, que es donde hay presencia masiva de sellos, Porras considera que “se ven más cantidad de sellos en los productos que así lo requieren por una cuestión de densidad demográfica, por tener mayor rotación y distribución de mercadería respecto otras provincias “.

La ley busca, además de informar a los consumidores sobre exceso de nutrientes críticos, regular la publicidad, las compras públicas y los entornos escolares, entre otros puntos fundamentales. En este sentido, Porras explica que “muchos puntos de la ley requieren de algún tipo de adhesión de cada jurisdicción ya que muchas cosas son de competencia de cada sitio y para eso todavía falta”.

 

 

Más presencia del Estado cuando no se cumple la ley

 “Tenemos una ley modelo a nivel regional y mundial que se viene implementando de manera gradual en todo el territorio, pero para que efectivamente cumpla con los objetivos que se propone se necesita que el Estado avance en varios aspectos: Todavía observo muchas falencias en este sentido”, introduce Andrea Graciano, nutricionista y coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Escuela de Nutrición de la UBA.

A pesar de que no hay evaluaciones oficiales de la implementación de la ley, Graciano destaca el estudio realizado por la consultora privada ShopApp sobre la Ley de Etiquetado y cómo están impactando en el consumo la aparición de productos con sellos en las góndolas. Los resultados dan cuentas de que el etiquetado tiene impacto en el consumo y en la decisión de compra, especialmente en los productos que antes eran promocionados como “saludables” ahora tienen uno o varios sellos.

En este sentido, el estudio demuestra que el 33 por ciento de los entrevistados declararon haber cambiado sus hábitos en, al menos, una categoría desde la implementación de la ley. En promedio, el cambio de hábitos afectó a 3,3 categorías por consumidor.

Al momento de reemplazar estos productos, casi la mitad de los entrevistados admitió "elegir un producto de otra marca, pero con menos sellos". En tanto, entre el 34 y 22 por ciento respectivamente, dijeron seguir eligiendo la "misma marca, pero con menos sellos" y "dejar de comprar la categoría de producto por los sellos".

Respecto al momento de elegir por sellos, calidad le gana a cantidad. El 56 por ciento elige por el contenido de los sellos más que por su cantidad, mientras que el grupo restante (44%) aseguró que se guía por la cantidad de sellos. A su vez, la mayoría de los entrevistados (82%) dijo que, en el marco de un evento social, como un cumpleaños o un viaje con amigos/familia, comería un producto que dejó de consumir por los sellos. El informe describió a estas personas con "actitudes relajadas".

 

En relación a los cambios desde la implementación de la ley, el 44 por ciento declaró optar por otra marca con menos sellos, el 34 por ciento se quedó en la misma marca, pero busco opciones con menos sellos y un 22 por ciento abandono el consumo de esa categoría de productos debido a la cantidad de sellos.