Los fieles caminan hacia la Virgen de Güer Aike

Este viernes 8 de diciembre, en el marco del Día de la Inmaculada Concepción, se realiza la tradicional peregrinación a Güer Aike. Se trata de uno de los eventos que más convoca a la gente, saliendo desde muy temprano a vivenciar la jornada.

En esta ocasión, el lema de la caminata es “Madre, estamos en tus manos, danos fuerza para unirnos”, un mensaje que evoluciona cada año. El punto de partida fue a las 6 de la mañana desde la Rotonda Bark, en las inmediaciones de la estación de servicio YPF.

Entre las 8 de la mañana y las 5 de la tarde, el obispo estará presente junto a los caminantes.

Como es tradición, se llevarán a cabo diversas ceremonias para que los devotos puedan recibir la enseñanza espiritual. La primera se realizará a las 10 de la mañana, seguida por otra a las 11:30 horas. La misa central, como es costumbre, tendrá lugar a las 13, oficiada por el obispo. La última ceremonia está programada para las 16 horas.

Los ritos de bautismo se llevarán a cabo a las 14 y 15, de la tarde. Aquellos interesados en participar en esta celebración deben presentarse con su documento de identidad y los detalles de los padres y padrinos.

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Los fieles también podrán ser partícipes de las bendiciones durante todo el día, a cargo de los sacerdotes y diáconos. Para quienes desean confesarse, habrá un padre que se ofreció para esto.

En este marco, es necesario aclarar que la empresa City Bus dispone de dos colectivos de transporte público desde la Terminal hasta el campamento de María y el mismo Güer Aike. Las unidades estarán trasladando tanto a las personas que vayan, como a las que deseen regresar. El horario de la cobertura desde las 13 a 17 horas, sin costo.

Día de la Virgen

Este viernes 8 de diciembre se recuerda la Inmaculada Concepción de María. Según la tradición católica, esta fecha significa que María fue concebida en el seno de su madre Ana sin el pecado original, fruto de una relación entre Ana y Joaquín. Estos son los nombres tradicionales con los cuales se reconoce a los padres de la Virgen, los abuelos maternos de Jesús.

La Iglesia católica contempla la posición especial de María por ser madre de Cristo. Sostiene que Dios preservó a María desde el momento de su concepción del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres por ser descendientes de Adán y Eva, en atención a que iba a ser la madre de Jesús, quien también es Dios.