Otra comisaría histórica de la que nada queda

Tiempo ha pasado, y si bien todo parece tardío respecto a la reivindicación de la memoria de los obreros fusilados durante los hechos de la Patagonia Rebelde, a lo largo de los últimos años muchos han sido los avances en este aspecto; el principal la aparición permanente en la agenda pública, sobre todo teniendo en cuenta que, hace no mucho tiempo atrás, era solo tarea de civiles que lograron mantener el recuerdo de estos sucesos.

En 2020, la demolición parcial de la vieja Comisaría de Puerto San Julián, histórica por haber sido sitio de detención de las pupilas de La Catalana (las conocidas putas de San Julián), puso de manifiesto la necesidad de comenzar a resguardar los sitios históricos de las huelgas. En este sentido, cuando se busca esclarecer los lugares donde se desarrollaron los sucesos más destacados, actualmente, juega un papel importante el investigador y divulgador histórico Luis Ibarra Philemon, ladero de Osvaldo Bayer y poseedor, hoy, de gran parte de su investigación y recopilación histórica.

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Justamente es Philemon quien por estas horas trabaja en la recopilación de información y la creación de una serie de proyectos que buscan la declaratoria de sitio histórico o monumento histórico provincial de algunos lugares puntuales. Entre ellos la poca, casi nada, infraestructura que queda en pie de la Comisaría de Puerto Santa Cruz, escenario de las más duras represiones de la época.  

La historia cuenta sobre la importancia que tuvo el comisario Gustavo Sotuyo en la zona centro de la provincia durante los hechos trágicos. Él había sido testigo de los crímenes cometidos por las tropas del teniente coronel Varela cuando se produjeron los fusilamientos de Paso Ibañez (hoy Comandante Luis Piedra Buena). Por esta razón comenzó a tener beneficios. Sotuyo fue comisario de Puerto Santa Cruz, acusado por crímenes, extorsión, torturas y fusilamientos. Procesado por los asesinatos de dos miembros de la Federación Obrera que habían quedado en Puerto Santa Cruz: Domingo Islas (español) y Miguel Gensenko (ruso, delegado de los albañiles). Luego de los crímenes fue enviado a Chubut para ser juzgado allí. En el viaje en barco, Sotuyo, que iba absolutamente libre a bordo, fue tomado por tripulantes anarquistas y arrojado por la borda, ahogándose en el mar.

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Según adelantó a TiempoSur Ibarra Philemon, en la actualidad “además de esta comisaría, está la comisaría vieja de Lago Argentino. Son temas que estoy viendo cómo encararlos porque tengo muchas trabas”, a pesar de esta afirmación, se mostró esperanzado de poder colaborar con la recopilación histórica y que el estado provincial pueda atender las necesidades requeridas para salvaguardar el patrimonio santacruceño.