“Red de Infancias Robadas”, un espacio abocado a proteger derechos

Durante la pandemia, un grupo de profesionales y voluntarios de la ciudad de Río Gallegos se contactaron con la hermana Martha Pelloni -una profesora, religiosa y rectora argentina fundadora de la Red de Infancias Robadas- para expresarle una preocupación: qué pasaría con la integridad de los niños, niñas y adolescentes que, a causa del aislamiento preventivo y obligatorio dictado durante la pandemia por coronavirus, se encuentran encerrados con sus agresores o abusadores en el seno hogareño. “Si bien el quedarse en casa era una consigna preventiva, ese 'quedarse en casa' en muchas ocasiones lo que iba a causar era que muchos niños, niñas y adolescentes convivan con su abusador o maltratador. Entonces, nos empezamos a preocupar y ver qué se podía hacer -por lo menos a nivel sensibilización y prevención- y nos contactamos con la hermana. A partir de ahí, nos invita a conformar el Foro en la ciudad de Río Gallegos”, explicó a TiempoSur el integrante de la Red de Infancias Robadas de Río Gallegos y acompañante terapéutico, Alfredo Jaramillo.

Cabe destacar que este grupo se encuentra compuesto, tanto por voluntarios con inquietudes sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes como por profesionales. 

Actualmente, funcionan más de 30 espacios de la Red de Infancias Robadas distribuídos en toda la Argentina y el de la ciudad de Río Gallegos es el más austral. Durante los foros que se llevan a cabo junto a las demás redes del país, se trabaja fuertemente “y con mucha vocación en brindar asistencia, orientación y ayuda en materia de violencia, explotación infantil y abuso sexual. En nuestro caso particular, hemos optado, en estos primeros años, por la conformación de un foro, con una mirada de promoción de derechos y prevención, por lo tanto, nuestros proyectos o líneas de acción están más vinculadas a esa propuesta”, detalló Jaramillo. 

El acompañante terapéutico señaló que este tipo de foros funcionan como una “herramienta de transformación social, de construcción comunitaria y organización social” independiente de los partidos políticos, de la iglesia y del Estado, cuyo impulso es el combatir o prevenir el “dolor frente a la injusticia y luchar por una sociedad más equitativa, más inclusiva, menos violenta, más respetuosa de la diversidad”, remarcó.

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“Llevamos un tiempo recorriendo y buscando constituirnos como un espacio de referencia en materia de promoción y protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes”, concluyó Jaramillo.