Día Mundial del Abrazo

Su importancia para generar bienestar, seguridad y tranquilidad

Los abrazos son muestras de afecto y consuelo que generan bienestar y conexión emocional. Conocé sus beneficios y cómo respetar el espacio personal.

  • 21/01/2025 • 22:05

“El abrazo lo entendemos como una muestra de afecto, amor y consuelo. También es una demostración afectuosa cuando saludamos a alguien que no vemos y cuando nos despedimos de una persona”, comienza narrando la Licenciada en Psicología (M.P. 5157), Adriana Mancinelli, en el día de la celebración mundial del abrazo, instaurado por el especialista en Psicología, Kevin Zaborney en 1.986 en Estados Unidos.

“Esto lo podemos pensar en las personas si nos situamos cuando recién nacemos, momento en el que el bebé, en un estado de prematuración, necesita los cuidados de otra persona que puede ser la mamá o quien cumpla con los cuidados básicos de alimentación, sostén, cuidados. Entonces si observamos todo esto, el niño necesita, desde su nacimiento estar en brazos, lo cual le brinda una sensación de seguridad, confianza, tranquilidad y sostén”, sigue y avanza en el relato describiendo que “muchas veces vemos niños que para dormirse necesitan abrazarse a un oso o a un muñeco, lo cual le genera y brinda sensación maternal como la que recibe desde su llegada al mundo y, muchas veces este objeto es transicional ocupando esa función”.

Pero no siempre será así porque, “cuando el niño va creciendo, empieza a caminar y se va independizando, pero, también muchas veces observamos como regresa a los brazos de la mamá cuando, por ejemplo, tiene miedo, se cae, tiene sueño y busca los brazos de la mamá. Esto se ve a lo largo de la vida” y, el abrazo empieza a resignificarse.

El abrazo, andamio emocional de las personas a lo largo de la vida

Con el paso de los años el niño crece y la independencia se hace más visible, pero, “el abrazo es la base que produce la sensación de bienestar”, refuerza y marca Mancinelli que, en la etapa de la adultez el abrazo es más corto, y aún así continúa generando esa sanción de calma al entrelazarse los brazos entre dos personas que puede darse en momentos de ansiedad o estrés.

Y ejemplifica que puede darse en: Relaciones entre padres e hijos. Relaciones entre amigos. Relación de pareja.

 

Cómo actúa el cerebro ante un abrazo

“Desde la neurología se ha investigado que el cerebro segrega hormonas que producen placer y generan tranquilidad y calma”, argumenta la facultativa de la Universidad Nacional de La Plata.

También podemos decir que, “además de dar un abrazo, expresar palabras de afecto y contención a la otra persona, ya sea de manera presencial o vía redes sociales, de alguna manera, nos acerca dando un afecto positivo. Es una herramienta por la cual se puede transmitir algo, más allá de la distancia física”.

 

No todas las personas ven bien dar o recibir un abrazo: a qué se debe

Es importante saber que no todas las personas se sienten cómodas con un abrazo porque implica un contacto físico. Algunas prefieren mantener distancia porque pueden sentirlo como una invasión a su espacio personal.

Esto, “depende de la historia, las vivencias que tuvo cada uno o, incluso situaciones traumáticas, pudiendo generar un efecto contrario al que imaginamos de bienestar”, explica la Lic. Mancinelli.

 

La cultura del abrazo

El abrazo también tiene una impronta cultural, asevera la profesional marcando la diferencia con otros países, donde no se acostumbran a tantas muestras de afecto como sucede en Argentina. Por eso, es importante tener en cuenta que no todas las personas lo reciben de buena manera, resalta.

 

Cuáles son los beneficios saludables de abrazarse

Reduce el estrés. Libera oxitocina. Mejora el estado de ánimo. Fortalece el sistema inmunológico. Alivia el dolor. Mejora la salud cardiovascular. Fomenta la empatía y la conexión social.

Si bien el abrazo tiene beneficios saludables y hace sentir bien a la persona, Adriana Mancinelli focaliza en que “lo recomendable sería preguntarle directamente a la otra persona si se le puede o quiere recibir y/o dar un abrazo”, como así también prestar atención al lenguaje no verbal, corporal, observando si se pone más rígida o toma distancia para no provocarle invasión a su cuerpo, ya que, quizás no esté receptiva al abrazo. Por eso, reitera la importancia de tenerlo en cuenta “por una cuestión de respeto hacia el otro y quizás podemos demostrar nuestro afecto y contención desde otra manera”, culminó la casarense.