Río Gallegos

Traslado del vaciadero al nuevo relleno sanitario, una “deuda saldada”

La gestión actual inició uno de los procesos claves para el desarrollo de la capital. El traslado del vaciadero fuera del ejido urbano es una realidad. Ahora, avanzan proyectos para la modificación de la tarifaria por el ingreso de residuos.  

  • 13/10/2023 • 20:01

El pasado 1 de agosto comenzó una de las obras claves para el desarrollo ambiental de Río Gallegos: el traslado del vaciadero. Se trata de una tarea planificada y postergada durante décadas, que finalmente la actual gestión a cargo del Intendente Pablo Grasso puso en marcha.

Tras un trabajo para la puesta a punto, el nuevo ingreso -ubicado en el predio 113 a 25 kms de la capital- busca un nuevo lugar de disposición final de los residuos generados en la ciudad.

El relleno sanitario ubicado en el camino a Punta Loyola ya está en funcionamiento. La empresa Nueva Santa Cruz y el Municipio de Río Gallegos trabajan en conjunto para finalizar las obras y labores necesarias en el lugar. Esto demandó el traslado de la maquinaria pesada, realizando además el trazado y mejora de los caminos internos.

El Municipio de Río Gallegos sigue avanzando en la gestión responsable y eficiente de los residuos sólidos urbanos y uno de los pasos a seguir en este camino es el ordenamiento del depósito final de la basura.

De esta manera comenzó un proceso que será bisagra en la ciudad capital, dejando la disposición final de residuos en el terreno viejo -lindero al barrio Madres a la Lucha y a la costanera – para una zona más alejada del casco urbano.

 

Deuda saldada

En este marco, TiempoSur se comunicó con Gonzalo Chute, secretario de Legal y Técnica de la Municipalidad, quien indicó que “el traslado del sitio de disposición final era una duda histórica de la ciudad porque hace más de diez años que se prometía y ésta fue la gestión que puso los recursos y la decisión política para poder llevarlo a cabo”.

En este orden Chute explicó que “no fue solamente traslado un día para el otro, sino que es la consecuencia de acciones que se vienen tomando desde el inicio mismo de esta gestión”.

Chute explicó que en 2019 el vaciadero presentaba una situación calamitosa, lo que obligó a desafectar la zona, reduciendo desde el inicio un 60% de la superficie afectada al entierro de basura. “Se establecieron fosas para tratar las diferentes corrientes, por un lado, frigoríficos, por otro biopatogénicos y así con todas las corrientes que ingresan que ingresaban al viejo vaciadero municipal”, relató.

Chute dejó en claro que el lote 113 no es un nuevo vaciadero, sino un relleno sanitario “donde cada corriente de residuos es tratada como corresponde”. El funcionario municipal señaló que no solamente se están llevando a los grandes generadores, sino que desde diciembre se lleva parte de lo que es la recolección domiciliaria, lo que significan 130 toneladas de residuos por día, que son llevados en planta de separación.

"Esto nos permite ir desafectando el viejo uso del barrio Belgrano, empezando con la nueva etapa, que es el saneamiento. Es una tarea a largo plazo y redunda en un gran beneficio para los vecinos de la ciudad".