Problema histórico

Frigoríficos: quejas por olor nauseabundo en la ciudad

Esta mañana algunos sectores de la ciudad se vieron invadidos por el olor fétido derivado del tratamiento de residuos frigoríficos. Si bien los avances en materia de control de olores e inversión en materia ambiental se han ejecutado. Factores como el viento y la falta de control respecto al funcionamiento de los biodigestores puede ocasionar el mal olor.

  • 20/03/2025 • 14:06

Los malos olores provenientes de frigoríficos y chancherías eran moneda corriente hace no mucho tiempo atrás, y si bien en la actualidad, eventualmente, pueden sentirse en algunos sectores, la realidad es que la problemática ha sido controlada paulatinamente desde el 2018, cuando la secretaria de estado de ambiente comenzó con un trabajo junto a los frigoríficos locales respecto a la modernización y el control. 

Vale la pena mencionar que Río Gallegos cuenta con una planta de rendering que procesa los restos de faena de los cuatro frigoríficos. Lo que hacen es transformar el residuo que antes iba al basural en harina de hueso y sebo de grasa, pero el problema es que el proceso genera mal olor. 

La anterior gestión de ambiente desarrolló un proyecto junto al CFI para una consultoría que permita conocer qué obra realizar para evitar el olor. Con este objetivo se realizó un estudio de calidad de aires focalizado en olores en el entorno inmediato, pudiendo integrar un estudio global de la cadena de producción e insumos utilizados por el frigorífico, permitiendo elaborar un diagnóstico, concretar conclusiones y propuestas viables para dar inicio a un plan de trabajo sustentable y benéfico para todos los actores involucrados.

Era la primera vez en las gestiones de Gobiernos provinciales y municipales desarrollaban este tipo de estudio dado que anteriormente sólo se sancionaba y denunciaba a las empresas, aplicando multas que no aseguraban inversiones para frenar la problemática. Luego de haber auditado e inspeccionado a las empresas avanzaron en plan de trabajo equilibrado que implementó la intervención y gestión de políticas públicas sustentables que ayudaron a aminorar el impacto ambiental, dando respuesta a las demandas de los vecinos. 

Los avances

Desde 2028, las empresas del sector frigorífico de Río Gallegos, comenzaron a incorporar plantas de tratamiento que transforman los residuos sólidos orgánicos (vísceras y partes duras), generando subproductos (harina, expeller y sebo), junto con equipamiento para tratamiento de olores. Como parte del proyecto, en 2021 se lanzó la aplicación “Ambiente Santa Cruz”, mecanismo para denunciar olores molestos. Con esta herramienta y la participación de los vecinos, se generó el primer mapa de olores de Río Gallegos, identificando las zonas y horarios más problemáticos para instrumentar mejoras en la zafra 2022/23.

A pesar de estas intervenciones, los reiterados sucesos del problema exponen la necesidad de un abordaje diferente, sin dejar de mencionar que la base de la cuestión está en la falta de Planificación Física y Ordenamiento Territorial, motivo por el cual hoy el polo industrial frigorífico más importante de la patagonia quedó sumergido en una ciudad creciente.

Ante la situación registrada en las últimas horas, desde el sector confirmaron  el correcto funcionamiento de los equipos, aunque la presencia de olores en algunos puntos de la ciudad pudieron haberse ocasionados por el sentido del viento, aunque se desconocen qué tipo de controles se realizan durante la zafra. Todo el descarte del animal se cocina en biodigestores que si no están funcionando bien, generan un olor muy fuerte. Para minimizar eso, los frigoríficos deben contar con lavadores de gases y sobre todo, limpiar bien todos esos residuos antes de meterlos en el digestor, tarea que necesita de un control constante por parte de las autoridades ambientales.