Vertido de efluentes con sangre a la costanera local

La imagen de una gran cantidad de lo que pareciera ser sangre, en el sector de la costanera local, en zona de frigoríficos, despertó nuevamente preocupación en los vecinos del sector, pero también en la comunidad usuaria recreativa de la costanera. 

Durante muchísimos años, uno de los problemas ambientales de mayor importancia de Río Gallegos fue referente al manejo de los efluentes y los residuos orgánicos de los frigoríficos, motivo por el cual la postal registrada por el fotógrafo Edgardo Cardenas, en la zona, durante la jornada de este lunes, ha generado más dudas que certezas. 

Particularmente, en lo que refiere al manejo de efluentes, tema que nos convoca en esta oportunidad y que TiempoSur ha recabado a lo largo de las últimas gestiones de gobierno, vale la pena hacer un repaso cronológico y por etapas, partiendo desde la primer período de gestión de la ex gobernadora Alicia Kirchner, tiempos en los cuales la SEA inició un trabajo de adecuación en temas ambientales junto a los frigoríficos. 

Respecto a la situación inicial (2015-2017), vale la pena mencionar que las empresas no tenían control de los caudales de agua utilizados en sus procesos productivos, mientras que el tratamiento de efluentes consistía únicamente de tamizado, imposibilitando la separación de la sangre del resto de los efluentes, o que por momentos provocaba una sobrecarga del sistema generando rebalses en diferentes sectores. 

Ante este contexto, se inició una reconversión de sistemas en las plantas frigoríficas ubicadas en la zona costera. Entre el 2017 y 2020, la SEA exigió ajustar la condición del vertido a los límites establecidos por la norma, se realizaron modificaciones de infraestructura para recolectar la sangre de manera diferenciada en distintas partes del proceso productivo, y se requirió que se establezcan procedimientos de gestión y se determinen metodologías estandarizadas de monitoreo de los olores y efluentes. 

Ya hacia el cierre de la gestión de Alicia Kirchner, y tras un diagnóstico de los avances en la materia, desde la SEA aseguraban que se aplicaban metodologías establecidas por la norma, las empresas frigoríficas se encuentran trabajando en la construcción y puesta en funcionamiento de su propia planta de tratamiento de efluentes, y, en conjunto con SPSE, se detectó la necesidad de ampliar la capacidad de bombeo de la planta de tratamiento de efluentes de Río Gallegos, ubicada en cercanía del vaciadero municipal, e incluso las empresas generan subproductos con la sangre, valorizando una vertiente que era previamente problemática.

Vale la pena mencionar que TiempoSur se comunicó con referentes frigoríficos locales ubicados en la zona, quienes confirmaron las tareas de mejoramiento en infraestructura y tecnología, puestas a disposición de las buenas prácticas ambientales. 

Ante la situación registrada en la costanera en las últimas horas, desde Montecarlo remarcaron que no son desechos que pertenezcan a su planta y dejaron trascender que “en relación con el agua residual industrial, a finales de 2020 se comenzó con la construcción de una planta de tratamiento secundario de efluentes. Esta planta además del filtrado permitirá el tratamiento biológico de los efluentes. Cuenta con cuatro procesos y un laboratorio para el monitoreo diario de su eficiencia. Además de cumplir con los parámetros establecidos en la Ley de Aguas”, e hicieron hincapié en que “estos efluentes tratados se incorporan a la red pluvio cloacal a través de una conexión directa al emisario que se encuentra a 4 metros de profundidad y lleva los efluentes en forma directa a la Planta de Tamices de SPSE en cercanías del Vaciadero Municipal. Es decir, la planta no se encuentra conectada a los desagües de la ría”. 

Al momento desde la cartera ambiental provincial, no se han hecho eco de la situación.