Jornada Mundial de la juventud

Alrededor de 500.000 fieles aclamaron al papa Francisco en Portugal

Alrededor de 500.000 fieles aclamaron este jueves, en Lisboa, al papa Francisco, en su primer encuentro masivo con los peregrinos que participan en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), la mayor reunión de católicos del mundo.

03/08/2023 • 20:06

Poco antes, el tradicional "papamóvil" con Jorge Bergoglio a bordo se había abierto paso entre la colorida riada de fieles que esperaban ansiosos el primer gran encuentro de esta cita, que se inició el miércoles con una agenda de actos festivos, culturales y espirituales que durarán hasta el domingo.

"Bienvenidos y gracias por estar aquí, ¡me alegra verlos!", arrancó entre aplausos Francisco, de 86 años.

Me alegra escuchar el simpático alboroto que hacen y poderme contagiar de su alegría", agregó, dirigiéndose a la multitud en español, desde un gran escenario azul, consignó la agencia de noticias AFP.

Priscila Astua, estudiante de 17 años que llegó a Portugal desde Costa Rica, dijo: "He llorado, pero de la felicidad. No puedo explicarlo".

Decenas de miles de jóvenes fueron llegando durante el día a este extenso parque con vistas sobre el río Tajo para esperar al Papa argentino, agitando banderas de sus países y encadenando bailes y cánticos.

"Él dice que nosotros hagamos quilombo, que somos jóvenes, que disfrutemos y hagamos lío", recordó Jeremías Jiménez, un estudiante de 18 años llegado desde Buenos Aires, en referencia a una famosa frase del primer pontífice latinoamericano.

En un encuentro por la mañana con estudiantes de la Universidad Católica de Lisboa, Francisco recordó "la urgencia dramática" de luchar contra el calentamiento global y abogó por una "ecología integral" para salvar "la casa común" de la Humanidad.

Pero esa tarea es imposible "sin una conversión del corazón y un cambio en la visión antropológica que está en la base de la economía y de la política", agregó ante las 6.500 personas que asistieron a su intervención.

"Ustedes son la generación que puede vencer este desafío, tienen los instrumentos científicos y tecnológicos más avanzados, pero, por favor, no caigan en la trampa de visiones parciales", animó el Papa.

 

Bergoglio, que suele desplazarse en silla de ruedas o apoyado en un bastón, se encontró previamente con una quincena de peregrinos ucranianos.

Francisco, además, dio la pincelada final a un mural de 3,5 kilómetros que unirá "el mundo real y el virtual", hecho por más de 2.000 personas convocadas por la fundación pontificia Scholas Occurrentes en Cascais.

"Ninguno está eximido de ser un buen samaritano, es una obligación que tenemos. A veces en la vida hay que ensuciarse las manos para no ensuciar el corazón", dijo el pontífice a los jóvenes de los cinco continentes reunidos en la sede de Scholas en Cascais.

"Este mural va a unir el mundo real con el virtual. Esta es la pincelada física y hay un grupo de jóvenes en Mozambique que está iniciando una obra digital en el Metaverso", le explicó al Papa el presidente de Scholas, el argentino José María del Corral, al darle el pincel a la vez digital y analógico que usó Francisco.

"Que el mundo virtual nunca deje de ser concreto y comprometido con la realidad", deseó del Corral.

Durante su intercambio, el Papa aseguró que "Scholas posibilita que cada uno se sienta interpretado por el gran respeto".

"Es un respeto no estático, es dinámico, que se pone en marcha para hacer cosas, para expresarse haciendo, como con esta pintura que es una Capilla Sixtina pintada por ustedes", les dijo el pontífice a los jóvenes dentro de la habitación de la reunión.

Tras escuchar los testimonios de un joven islámico, un protestante y un católico, Francisco aseveró que "una vida sin crisis, es una vida escéptica".

Francisco ya visitó varias veces las sedes de la fundación pontificia en el Vaticano y, durante algunos de sus viajes apostólicos, en países como Japón o Mozambique.

Antes del inicio de la JMJ, la organización del evento descubrió una placa de reconocimiento a la labor de Scholas a nivel global y por su labor a beneficio de los jóvenes del mundo.

Ayer, el jefe espiritual de 1.300 millones de católicos, que hace dos meses se sometió a una importante operación en el abdomen, recibió en territorio portugués a víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros del clero portugués.

 

Francisco estará en Portugal hasta el 6 de agosto, en un viaje centrado en su participación en la JMJ de Lisboa y que, además de la etapa en Cascais, dedicará un día a rezar en el santuario de la Virgen de Fátima para pedir por la paz, según el programa divulgado por el Vaticano.

La multitudinaria ceremonia celebrada hoy debe ser la antesala de los grandes actos de esta JMJ, como la vigilia programada del sábado por la noche o la gran misa final de domingo, que en la que se espera un millón de personas.

La JMJ fue creada en 1986 por iniciativa de Juan Pablo II.

Después de las celebradas en Río de Janeiro (2013), Cracovia (2016) y Panamá (2019), esta edición, que tuvo que atrasarse un año por la pandemia, es la cuarta JMJ para Francisco.

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