El Calafate

Personal de limpieza reclama por estabilidad laboral

Trabajadoras de limpieza de escuelas de El Calafate acampan desde hace casi una semana en la plaza central. Cansadas del destrato de la cooperativa a las que fueron incorporadas por el Gobierno tras ser despedidas por la empresa Macro. Sin avances en la conformación de su propia cooperativa, exigen que sean incorporadas a planta permanente del Estado. Reciben apoyo de algunos gremios y vecinos

  • 19/11/2024 • 17:18
Personal de limpieza reclama por estabilidad laboral
Personal de limpieza reclama por estabilidad laboral

“Este año fue de terror para nosotras, queremos terminarlo con una buna por lo menos”, cuenta a Ahora Calafate una de las trabajadoras de limpieza de jardines, escuelas y colegios de la localidad.

Ya desde principio de año comenzaron los problemas. Trabajaban para la empresa Macro de servicios, que era contratada por el Estado provincial durante la gestión de Alicia Kirchner. Su responsable Guillermo Polke, reclamó una abultada deuda al actual gobierno, que argumentó varias irregularidades en el accionar de la compañía. Entre otras el no encuadre de sus trabajadores y la poca paga que recibían.

Se rescindió el contrato con Macro y Polke despidió a los empleados, que aún le reclaman sumas impagas. Desde el gobierno les aseguraron que iban a ganar mas dinero, que serían incorporadas a una cooperativa en regla, mientras ellas conformaban la suya propia, a la que le dieron por nombre “Volver a Empezar”.

Pasaron los meses y ni ganan mas, ni les autorizaron la nueva cooperativa. Hasta ahora lo único que dicen que se cumplió es que están en otra cooperativa: se llama Awkan y es de Puerto Santa Cruz. Pero las trabajadoras de El Calafate no están para nada conformes. Afirman que no les atienden el teléfono, que demoran en el pago de sus haberes y que las amenazan con que serán desvinculadas si hacen medidas de fuerza.

Desde el miércoles 13 de noviembre decidieron instalar un par de carpas en la céntrica Plaza Perito Moreno. Se turnan para estar presentes allí, donde cocinan. Algunas van con sus hijos por no tener con quien dejarlos.

No son muchas, pero representan a todo el grupo, ya que muchas no pueden ir o tienen temor de represalias, cuentan.

Cansadas de esperar las promesas incumplidas, ahora van por más. Quieren ser incorporadas en la Planta permanente como auxiliares de Educación. “De nosotras depende si hay clases o no en las escuelas y somos considerados lo último”, afirma Giuliana una de las 67 personas que están en la misma situación.

Otra de las opciones es ser empleadas en una empresa privada que contrate el Estado para realizar el servicio, pero en mejores condiciones que lo que fue Macro.

Dicen que se quedarán en la plaza todo el tiempo que sea necesario hasta que les den una solución. Hasta ahora no han tenido ninguna respuesta a su reclamo. Sí el apoyo de algunos vecinos, que por ejemplo les llevan leña para cocinar y calentarse a la noche. Y algunos gremios: ayer se acercaron referentes de ADOSAC cuentan.