Masiva participación en la charla-taller sobre TDAH

Con una convocatoria que superó ampliamente las expectativas, se llevó a cabo ayer en Río Gallegos la charla- taller 'Hablemos de TDAH', organizada por la Universidad Nacional de la Patagonia Austral para contribuir a la difusión y concientización sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, que afecta a entre el 6 y el 8 por ciento de la población infantil del país.

La capacitación, a cargo del Mg. Luis Santiago Vaggione, permitió acompañar la iniciativa de un grupo de madres de niños con TDAH – cuya cara visible es Alejandra Espada, de Río Turbio- que están replicando en Santa Cruz la lucha que lleva adelante la fundación 'Por un mañana mejor', que impulsó la aprobación de legislación específica en Salta y actualmente encabeza la campaña nacional por una Ley de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes con Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.

Asistieron docentes y alumnos de Enfermería, Psicopedagogía y Acompañamiento Terapéutico – entre otras carreras de la UNPA-; profesionales de la sanidad y del ámbito educativo local, familiares de niños que sufren este trastorno y público en general interesado en la temática, quienes colmaron las instalaciones del SUM del Sector E en el Campus Universitario de la UARG.

 La actividad se replicó hoy en la Cuenca Carbonífera, donde la cantidad de inscriptos superó la capacidad del Auditorio 'Francisco 'Pancho' Zapata' de la Unidad Académica Río Turbio de la Universidad.

Concientizar

Vaggione explicó que “a pesar que el TDAH afecta a niños, adolescentes, jóvenes y viejos y  entre el 6 y el 8 por ciento de la población lo padece, todavía en Argentina sigue siendo bastante desconocido”, por lo que destacó la importancia de que “las universidades empiecen a tener  un poco de participación y a proponer difusión y mecanismos de detección y tratamiento”.

El especialista explicó que se trata de “un trastorno del neurodesarrollo” y que “las personas afectadas nacen con este trastorno; no es que lo adquieren o es una enfermedad, sino que es una condición, con una carga hereditaria muy alta”.

En este contexto, refirió que “los síntomas detectables fundamentales son los que  tiene que ver con la atención, la hiperactividad y la impulsividad” y sostuvo que se trata de “un trastorno muy polémico porque  son características que comparte la población en general”, aunque en estos casos se dan “en un nivel alto”.

“Tenemos herramientas diagnósticas para  detectarlo, pero la fundamental es la valoración clínica y por eso es tan importante que tanto el profesional de la salud lo conozca, porque no hay marcadores biológicos que nos digan  si lo tenés o no lo tenés”, precisó Vaggione, al tiempo que indicó que el TDAH “acarrea consecuencias en rendimiento académico de los niños pero también en la vida adulta, en el ámbito laboral, en la vida familiar, en la faz económica y social”.

Por último, aclaró que el TDAH “tiene  tratamiento, que es muy exitoso y se lo denomina multimodal, porque se necesita varias disciplinas interviniendo” e hizo hincapié en la necesidad de que “en el contexto en el que se desenvuelve la persona afectada conozcan de que se trata, porque las modificaciones ambientales, tanto escolares como en puestos de trabajo, ayudan muchísimo”.

            “Una persona con TDAH bien tratada a tiempo va a tener una vida absolutamente normal.

El tema es que en Argentina no llegamos al diagnóstico y no tenemos respuesta sanitaria, salvo la privada, a la que acede poca gente”.

La lucha de las madres

Alejandra Espada  se presenta como “la cara visible de muchísimas mamás que estamos en todo el territorio argentino pidiendo la Ley y concientizando a través de esta campaña para que se sepa que el TDAH existe”.  “Necesitamos la ley para poder llegar a un diagnóstico correcto y para poder después llegar a un tratamiento y poder mantener el tratamiento, que es carísimo. Si los profesionales  de salud no reconocen la condición, entonces ya es muy difícil llegar a un diagnóstico y nos dicen que son niños malcriados, niños berrinchudos o consentidos y terminamos en terapia nosotros porque somos malos padres”, relató.

En caso de llegar a un Diagnóstico, Alejandra comentó que el tratamiento requiere el involucramiento de “sanidad, educación y familia” y por eso remarcó la importancia de contar con una ley que también está siendo impulsada a nivel provincial a partir de un esfuerzo personal de las madres, que recorrieron municipios y consejos para solicitar un apoyo que se haga extensivo a todo el territorio.

Asimismo, reclamó la “empatía desde las aulas” y aseguró que “una ley de protección integral como la que está pidiendo permitiría que desde la formación los docentes puedan  ser detectores de esta condición y luego también formar parte del tratamiento”.