En los últimos siete años

Tres impactantes casos de robo y muerte

El asesinato de la enfermera Patricia Zuvic ocurrido en 2011, el crimen impune de Ángel Pietrafesa en el 2013 y del abuelo José del Carmen Aguero Barría en el 2014, este último con una condena reciente, fueron tres casos que sorprendieron por el nivel de saña de los atacantes y lo indefensos que estaban sus víctimas.

  • 17/11/2017 • 10:58

Tres casos de robo seguidos de muerte sacudieron a la ciudad capital, todos ellos con un denominador en común: la saña con la que actuaron los criminales y lo indefensos que se encontraban sus víctimas. Aquí, recordamos estos tres antecedentes a pocas horas del crimen del vecino Vicente Maíllo.

 

Caso Patricia Zuvic- El hecho ocurrió el 22 de mayo de 2011, un domingo, cuando los dos sospechosos –luego condenados- ingresaron al domicilio de la enfermera del barrio APAP con fines de robo. Allí, degollaron y apuñalaron con un cuchillo Tramontina a Patricia Zuvic, mientras que su madre de 74 años pudo huir y pedir auxilio.

Según la sentencia, la decisión de matarla fue porque conocían a la víctima y así asegurarse que no serían descubiertos por la policía. “Como hemos visto, lo que posibilitó su ingreso a la vivienda sin reparos de parte de su moradora era que ésta la conocía”, sostuvieron en el juicio.

Teresa Jaquelina Maldonado Devoto, de unos 32 años, nacida Maipú, Mendoza, y Enrique Pérez, de 52 años que se encontraba en libertad condicional, oriundo de Buenos Aires, fueron condenados por el homicidio de la enfermera Zuvic. La mujer tenía antecedentes por encubrimiento por un delito ocurrido en el año 2009.

Al parecer, se habían enterado que Zuvic cobraría –por esas fechas- una importante suma de dinero, por lo que fueron a su casa a robárselo. Sin embargo, la saña con la que mataron a Patricia fue un golpe para Río Gallegos que por largo tiempo no salió de su asombro.

 

Caso Pietrafesa- El 4 de enero del año 2013 Cecilia Pavlov salió de su casa cerca de las 22:30 a visitar a un matrimonio amigo, minutos después regresó y guardó su auto en la cochera, levantó el portón y cuando salió le sacó las trabas. Cuando Pavlov entró con el auto se quedó entretenida mirando unas cosas, luego abrió la puerta para descender y sintió que el portón se cerró de golpe, pensando que era su esposo, se bajó del auto muy enojada con su esposo y le dijo “qué hacés levantado si no podés”, creyendo que estaba discutiendo con él, debido a que estaba oscuro, pero las personas a la que ella le hablaba eran delincuentes. Dos le apuntaron de frente y al tercero no lo vio porque estaba detrás de ella y sólo vio el reflejo del arma con la que la apuntaban y le dijeron “te estamos apuntando, sabemos quién sos, te tenemos controlada y vigilada, danos la plata”.

Los otros dos la empujaron hacia la cocina, le dijeron que se tire al suelo boca abajo y uno de ellos intentó atarle las manos, mientras en ese ínterin los otros delincuentes ingresaron al sector de las habitaciones. Cuando los vio pasar les pidió que no ingresaran a los dormitorios y de esa manera evitar que no le pase nada a su familia y además les gritó que el único dinero que había en la casa se encontraba sobre la mesa.

En una de las habitaciones se encontraba Camila, nieta, junto a su hija Sol, bisnieta y en el otro cuarto estaba Ángel Pietrafesa acostado sobre su cama y a su lado tenía un tubo de oxígeno para poder respirar, ya que se encontraba bajo tratamiento médico producto de su enfermedad respiratoria.

A pesar de escuchar los ruegos de las víctimas, quienes les insistieron que se llevaran todo lo que había en la casa, que no le hicieran daño a su familia, a los delincuentes no les importó y uno de ellos le disparó al anciano. Fue tras esa detonación que salieron de la casa, pero antes uno de ellos tomó la plata que estaba sobre la mesa, una suma de $3400 en efectivo. El crimen quedó impune.

 

Caso Barría- Elías Emilio “El Negro” Segura fue sentenciado días atrás por el homicidio del jubilado chileno José del Carmen Agüero Barría, ocurrido en julio de 2014 en Río Gallegos.

Los testigos indicaron -en el juicio- que la víctima tenía una importante suma de dinero ahorrado con el objetivo de comprarse un automóvil y refaccionar su humilde vivienda. Que el acusado, lo había conocido cuando fue a comprar un televisor, y que luego fue a visitarlo, y lo encontró contando el dinero, y que hasta llegó a tomarle una fotografía. Desde ese momento, el abuelo comenzó a desconfiar de Segura, y esa preocupación se la comentó a sus allegados.

Durante la investigación del caso, y el allanamiento al domicilio del imputado, se incautó un celular, donde se halló la fotografía que había indicado el abuelo a sus conocidos. Con el dinero, efectuó una operación financiera para adquirir una camioneta Volkswagen Amarok.

El cuerpo de Agüero Barría fue hallado en la tarde del 24 de julio de 2014 en su domicilio del barrio Belgrano. El jubilado de la Administración Pública fue encontrado con heridas en la cabeza, en su precaria vivienda ubicada en la calle José Ingenieros 1745.

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