Informe Especial TS

Caso Maillo: el caso que consternó la ciudad

El crimen del comerciante Vicente Maillo en noviembre de 2017, desenlace de un plan macabro urdido por su suegra, esposa y sus hijastros a quienes le había dado su apellido, conmocionó a Río Gallegos. Siete años después del asesinato por codicia, con el único fin de quedarse con la herencia, aún quedan cuentas pendientes en la Justicia. Si bien los partícipes del asesinato, Susana Reina y los hermanos José y Luis Maillo, fueron condenados a prisión perpetua (en 2021), la verdadera familia de Vicente, aún espera definiciones: resta el fallo definitivo por el que José y Luis Maillo quedan desheredados; culminar el proceso para la quita del apellido y la investigación a las nueras: Patricia Acosta y Carolina Nascimento, sobre las que se presume, no sólo tuvieron conocimiento del plan, sino también cierta participación en la trama. Todos los detalles del caso, en un Informe Especial de  Tiempo Sur.    

  • 02/12/2024 • 20:10

Vicente Maillo fue el menor de los hermanos: Petra, Gloria y Ernesto.

“Mimado” por sus hermanas mayores, que le llevaban una diferencia de 13 y 6 años, desde pequeño se sumó al emprendimiento familiar “en el que todos ayudaban”, contó su sobrina Érica Schupbach a TiempoSur.

“Todos tenían esa impronta, desde chiquitos colaboraban en el negocio”, relató y afirmó que la familia, de origen humilde, logró avanzar a fuerza de trabajo.

Vicente fue quién tomó la posta del negocio familiar, “Casa Maillo” y no sólo lo mantuvo durante décadas, sino que lo hizo crecer y después abrió “Doña Ana”, nombre que eligió para homenajear a su madre Ana.

Mantuvo una relación con Susana Reina por más de 25 años. Cuando se conocieron, ella era madre soltera y con dos niños, José de casi 10 años y Luis, de dos, a quiénes críó y años después adoptó y pasaron a tener su apellido.

Reina empezó a trabajar en unos de los locales y cuando José se hizo mayor, también se convirtió en empleado de su padre.

La familia tenía un buen pasar económico, vivían bien y realizaban viajes a menudo, también al exterior.

La abogada relata que con el correr del tiempo, Vicente detectó manejos “oscuros” de José , y poco tiempo antes de morir, lo despidió.

En ese contexto, le expresó a su hijo mayor, al decir de sus empleados en el juicio, testigos de ese momento, “una frase muy típica de él: ‘acá se cortó macho, hasta acá llegué”, señaló Érica a TiempoSur y aseguró que “de acuerdo a la personalidad de mi tío, eso significaba que no había vuelta atrás”.

Y también despidió a Susana (con indemnización incluída), que se quedó con su peluquería, local que también Vicente le había comprado y montando. Y tras es “retiro de los víveres” a Susana y su hijo mayor (de más de 30 años), empezaron los conflictos.

Lo cierto es que dicen empleados, familiares, amigos  en investigadores del crimen, que Vicente ya había tomado la de decisión de separarse de  su pareja, Susana Reina.

Y así,  la suegra (Carmen Espiritoso), Reina y sus hijos adultos, visualizaron un futuro cercano sin el dinero de Vicente y así empiezan a urdir el plan para quedarse con la herencia.

 

La investigación y las pruebas 

El comisario General Luis Aguila (RE) estuvo al frente de la investigación y fue uno de los primeros en llegar a la casa de Vicente Maillo tras el brutal crimen.

En ese momento, el oficial cumplía funciones como Superintendente de la Policía Judicial e Investigaciones, y en declaraciones a TiempoSur, relató sobre las primeras horas del fatídico hecho, que fue uno de los hijastros de la víctima, quien hizo el llamado a la Policía.

En ese marco, el argumento del joven refirió a un hecho de inseguridad, y que al llegar a la casa encontró a su madre maniatada y a su padrastro muerto en su cama, con visibles heridas de arma blanca.

Y así se gestó el ardid de la “entradera” en el círculo familiar más cercano del comerciante asesinado, que sólo pudo sostenerse por algunas horas, debido a que rápidamente  empezaron a aparecer una a una, las pruebas que señalaban a Reina y a sus hijos como autores del homicidio.

Pero las pruebas expusieron la trama de terror que se fue develando con el correr de las horas. “Una vez culminado sepelio del señor Maillo, se iniciaron las detenciones”, recordó Águila.

El comisario retirado, consideró que las imágenes de las cámaras fueron “fundamentales” para resolver el caso e identificar a los culpables.

Relata a TiempoSur que primeras imágenes fueron las de las cámaras del local debajo del domicilio, donde se la ve a Reina, posibilitando el ingreso, “sin ningún tipo de violencia” de Christian Etchebarne, sindicado como autor material del crimen y contratado para ese fin.

Pero según el ex superintendente de la Policía Judicial, lo más increíble “fue el trabajo que se realizó solicitando imágenes de cámaras particulares de  distintos puntos de la ciudad y los resultados que obtuvimos”.

De allí surge, cuando Luis Maillo (el menor de los hijastros)va a buscar a Christian Etchebarne al aeropuerto y lo lleva a la casa de su abuela, Carmen Espiritoso (madre de Susana Reina), que ofició de anfitriona del asesino.

“Estaba todo cuidadosamente planificado”, remarcó Luis Águila y agregó que incluso, se obtienen las imágenes de cuándo Luis Maillo y Etchebarne “van juntos a una agencia de viajes a comprar el pasaje de regreso, trámite que realizan unas horas antes del crimen”.

Y por último, también quedó claramente registrado “el momento en que, tras matar a Maillo, el sicario se dirige a una parada de taxis y luego al aeropuerto.

Y no menos importante, y tal vez una de las más impactantes, es la imagen de Luis Maillo, saliendo, unas horas antes del homicidio, de uno de los locales con una caja de cuchillos “el tipo de cuchillo, que usaron para apuñalarlo”, detalla  Schupbach, información que señala, fue ratificada por los empleados durante el juicio.

 

Detención de Etchebarne y allanamientos en Baires

Tras la identificación del autor del crimen, Aguila detalla que, aproximadamente un mes después del hecho, se dirigen a  Buenos Aires, a la zona de Villa Dominico, para efectuar la detención.

“Tardamos una semana, lo detuvimos cuando estaba caminando cerca de su casa. No se lo esperaba”, remarcó en declaraciones a TiempoSur el ex funcionario policial.

Águila contó además que Etchebarne  “no tenía antecedentes y trabajaba con su padre, dueño de una pequeña constructora” y que la familia, al enterarse “no lo podían creer, decían que su hijo, no conocía Santa Cruz, que en ningún momento había viajado al sur de país”.

En cierta forma, porque no tuvieron en consideración que a su hijo Christian, le llevó menos de 24 horas tomarse un avión a Río Gallegos, matar a un hombre y volver a Buenos Aires.

Lo cierto es tras el cobro de su trabajo como sicario, según mencionó el ex comisario General, Christian Etchebarne , el joven “se había comprado una moto de baja cilindrada y un auto Fiat Uno”.

En tanto, a su novia, Carolina Nascimento que de acuerdo a declaraciones de Aguila a este medio, también sería pareja de Luis Maillo, en el allanamiento a su domicilio, “se hallaron electrodomésticos nuevos y un sommier, entre otros elementos, recientemente adquiridos y facturas de compra a nombre de Susana Reina”.

“Lo cierto es que esta mujer, nunca apareció y nunca declaró”, aseguró Aguilar.

Y en el allanamiento realizado en la casa de Etchebarne, donde vivía con sus padres, el ex oficial santacruceño al frente del operativo señaló que “se secuestró un maletín con mucho dinero”.

Una vez hallado Chiristian Etchebarne, “la comisión de siete efectivos de fuerzas especiales, lo trasladó en condición de detenido, por tierra, a Río Gallegos”.

Consultado respecto de si el sicario, se refirió al crimen o al caso, en algún momento del extenso viaje, Águila, manifestó que “no, solamente se quebró, no dijo nada, lloraba”.

 

La condena

En marzo de 2021, casi cuatro años después del crimen por codicia, el clan y el sicario fueron condenados a prisión perpetua.

De esta manera, la Cámara en lo Criminal de la Primera Circunscripción Judicial, halló responsable de “homicidio agravado por el vínculo, consumado con alevosía, a través de una promesa remuneratoria y con el concurso premeditado de dos o más personas” a Claudia Susana Reina, de 58 años, pareja de la víctima, y a sus hijos José Maximiliano y Luis Gabriel Maillo, de 38 y 27 años, respectivamente.

También fue condenado a prisión perpetua Cristian Javier Etchebarne, de 26 años, por “homicidio agravado por ser consumado con alevosía”, tras probarse que la familia lo contrató como sicario para matar a Maillo.

Antes de que el fallo se produzca, hubo varios intentos de asumir culpas para salvar a otros.  La primera fue Carmen Espiritoso (fallecida antes del juicio ), madre de Reina y abuela de José y Luis, quién, apenas confirmado el plan familiar tras el crimen, intentó hacerse cargo del asesinato para salvar a su hija y sus nietos y argumentó ser la autora intelectual y haber contratado al sicario, pero no resultó.

Después lo hizo Reina, en un intento fallido para exculpar a sus hijos, pero tampoco resultó. Las pruebas que involucraban a todo el clan resultaron contundentes.

Las nueras en la mira

Culminado el juicio, la Cámara Penal, ordenó que se investigue a las nueras de Susana Y Vicente, parejas de los hermanos Maillo: “En virtud de lo producido en el presente juicio y de acuerdo a lo reunido en materia probatoria, considero prudente la posición fiscal de profundizar la investigación respecto de Rosenda Patricia Acosta y Carolina Nascimento ante la posible comisión de un delito de acción pública”.

Al respecto, el ex fiscal Saldivia, consideró en declaraciones a TiempoSur que ambas mujeres “deben ser investigadas” y qué hay elementos que presuponen algún tipo de participación o cuánto menos, conocimiento de lo que se estaba tramando”.

En este sentido, confirmó que el contacto de Etchebarne con Maillo, lo estableció Nascimento, que “era la novia de ambos”.

Y ratificó lo dicho por el ex comisario Águila que en el allanamiento en la casa de la mujer, se encontraron del electrodomésticos nuevos y facturas de compras a nombre de Reina, pero la mujer nunca fue hallada.

En el caso de Acosta, la esposa de José, el mayor de los hermanos Maillo, el ex funcionario judicial sostuvo que, considerando el tipo de relación, “es muy posible que haya tenido conocimiento del plan”.

“Pedimos que se investigue la posible participación de ambas”, concluyó Saldivia en referencia a Patricia Acosta (esposa de José) y  Carolina Nascimento (novia de Luis).

 

Patricia, en la casa de Vicente

Patricia Acosta es la esposa de José, el mayor de los hijastros adoptado por Maillo. El hombre purga la pena de prisión perpetua y ella, vive una libertad “escandalosa”, sostienen fuentes vinculadas a la investigación.

Y la palabra “escandalosa” refiere a que Acosta continúa viviendo en una casa propiedad de la víctima, Vicente Maillo (sobre la calle Zapiola casi Juan Manuel de Rosas) y, a pesar de los reclamos de la familia, la Justicia, no dispone aún el desalojo.

Además, la nuera del comerciante asesinado, es empleada pública y tal lo confirmado por la abogada de la querella a este medio, precisamente “secretaria privada del vicegobernador Fabián Leguizamón”.

Y, si bien algunos dicen que Acosta es inocente hasta que se demuestre lo contrario, hay un pedido de investigación que ya tiene tres años y no se registra avance alguno. 

Y sumado a ello, Érica Schupbach, sostiene qué hay pruebas que comprometen a la nuera del comerciante, “varias de ellas expuestas en el juicio, como mensajes y audios en código, donde Patricia Acosta hace mención a dinero, chequeras, llaves, con frases como: ‘¿sacaste todo?,  ¿cuánto sacaste?’, que se hicieron horas más tarde del mismo día del crimen”.

 

El impacto del caso

El crimen, por lo macabro, fríamente planificado y por haber sido ejecutado por personas de su círculo más íntimo, impulsados por la codicia, generó un antes y un después en Rios Gallegos y en Santa Cruz. Nada, ni remotamente parecido, había sucedido jamás.

“Impacta la frialdad con que hicieron todo, integrantes de una misma familia”, expresó Aguila y aseguró que fue uno de casos as impactantes  a lo largo de su carrera de más de 30 años.

Y refiere en coincidencia con muchos, que Vicente “era un nombre querido por todo el mundo” y menciona a TS el proyecto de viaje con sus empleados, como casi todos lo hacen, porque claro está, que ese viaje también lo define.

Para el fiscal Saldivia, “fue un caso emblemático” y agregó que “no hay registro de un hecho de éstas características: un plan para matar, organizado por una mujer, sus dos hijos y la abuela”.

“Fue tremendo para todos nosotros, más aún para sus hermanas, Petra y Gloria, somos una familia muy unida. No se puede comprender este nivel de traición y crueldad”, concluyó Érica Schupbach .

Y para finalizar expresó a TiempoSur la “ importancia”, de que su madre y su tía, ”puedan cerrar en vida todo, lograr justicia en todos los órdenes, para su hermano Vicente”.

 

Desheredados y con posibilidades de perder el apellido

La Justicia hizo lugar a la demanda de la familia en contra de los hijastros del comerciante José y Luis Maillo, “declarando la indignidad de estos últimos, y la consecuente exclusión en la sucesión de Vicente Agustín Maillo”.

En la resolución, el juez Marinkovic “designó como herederos a mi mamá, Petra; a mi tía Gloria y a mi primo Pablo, hijo de mi tío Ernesto, ya fallecido”, explicó Schupbach a TiempoSur.

La desheredación está en la Cámara de Apelaciones de Santa Cruz y la familia espera que fallo quede firme, como lo espera respecto de la causa Penal que permanece en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

“Es admirable la falta de interés que mi madre, mi tía y mi primo  tienen por la cuestión monetaria, lo único que realmente querían es que no quede nada en manos de los asesinos”, aseguró la sobrina de la victima.

(Schupbach explicó a TS que tras el crimen, a pedido de la familia de Vicente, se congelaron todas sus cuentas bancarias y se designó un administrador judicial para el manejo de todos sus bienes.  Todos sus empleados fueron indemnizados de acuerdo a la ley).

  • Las hermanas y sobrinos de Vicente Maillo iniciaron una demanda civil en el Juzgado de Familia para que les quiten el apellido de su padre muerto a los dos hijos adoptivos. Lo que se busca es “la impugnación de reconocimiento de paternidad” y finalmente quitarles el apellido Maillo a los dos condenados, José y Luis, hijos de Susana Reina.

“No queremos que nuestro apellido quede asociado a ellos, por todo el dolor que causaron y por la deshonra que significa. Somos gente honorable” , remarcó Schupbach en declaraciones a TiempoSur.

(En las causas civiles, trabajan también como querellantes en representación de la familia de Vicente, los abogados Roberto Saldivia y Laura Fernández)

 

 

Vicente: la vida de un hombre generoso

Faltaba poco más de un mes para que  Vicente Maillo, cumpla 60 años, a fines de diciembre.

Su vida se truncó violentamente a los 59, cuando su círculo más cercano, a quiénes les había dado todo, pergeñó su muerte cuando confirmaron que quedaban fuera de la herencia.

Cuenta su sobrina Érica Schupbach, hija de Petra, que su tío “era serio, formal, y sumamente generoso”, adjetivos calificativos que repitieron sus empleados de “Casa Maillo” y “Doña Ana”.

Y la palabra “generoso y solidario”, se repite. “Era osco y serio, pero cuando su familia, sus empleados o sus amigos necesitaban algo, él siempre se ofrecía, no tenía medidas al momento de dar”.

Y vale el ejemplo del viaje, que a esta altura, casi todos en Río Gallegos lo saben y se sorprenden.

“Faltaban diez días para el viaje que iba a hacer con sus empleados. Era un festejo por el aniversario del negocio y para celebrar tantos años trabajando juntos. El destino era el Caribe, Punta Cana. Ya estaban comprados los pasajes y reservado el hotel”, contó Érica.

Pero el homicidio del hombre bueno llegó primero y para sus empleados, que lo apreciaban “fue un gran impacto”, “devastador”, aseguró.

“Muy trabajador, muy derecho y un hombre de palabra”, dijo Érica a TiempoSur, su sobrina, hija de Petra, pero además abogada querellante en la causa, y luchadora a brazo partido para que la justicia llegue tanto en el fuero penal como en el civil.

Dice que su tío, no pudo tolerar que sus hijastros, a quiénes había dado su apellido, dilapiden el dinero en lujos y no quieran trabajar ni estudiar, además de los manejos “dudosos”, que había descubierto de José en el negocio, a quién había despedido por esta razón.

“El mayor de sus hijos, se daba ciertos lujos en autos y viajes, que no eran compatibles con los ingresos de un empleado de comercio y una empleada pública (su esposa); mientras que el menor vivía en Buenos Aires, en un departamento en Boulevard Charcas, generando gastos  ostentosos y sin resultados en sus estudios”, relató Schupbach.

Y consideró que esas situaciones “eran intolerables para él, proveniente de una familia de trabajo y esfuerzo y con todos sus sobrinos universitarios”.

“Mi tío Vicente no era ostentoso, le gustaba viajar, pero no los lujos”, aseguró la abogada que más de una vez repite la palabra “generoso”, y recuerda, como le financió la peluquería a Reina, le compró el local, hacia  viajes con su mujer y sus hijos adoptados.

Y recordó que “Reina y sus hijos eran parte de nuestra familia, junto a mi tío Vicente, participaban de todos los acontecimientos familiares, están en todas las fotos”.

Érica rememora que durante el juicio, “ninguno de los tres (Reina, José y Luis), levantaron la cabeza. Jamás pudieron mirarme a los ojos, tampoco a mi madre Petra y a mi tía Gloria”.