Dos hombres intentaron abusar de una joven

Afortunadamente un automovilista que pasaba los ahuyentó y la chica pudo regresar a su casa.  

“Es lindo caminar sola, pero una no puede ya, no importa lo que lleves puesto, no importa la hora que camines”, expresó.

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En el relato que publicó hace unos días detalla que fue a comprar “cerca del kiosco que se encuentra en la esquina de la Escuela 29 “Juana Manso”. Saliendo del kiosco me fui hacia el barrio Güemes, al caminar tranquila sin ningún problema veo a dos chicos diciéndome cosas, chiflandome cosas que yo ignoré. Porque una no llega a imaginar que pasa después de eso”, explicó. Continuó relatando que unos metros adelante comienza a ladrar un perro y “cuando me di cuenta que no me estaba ladrando a mi sino detrás de mí, me doy la vuelta y me di cuenta que estaban corriendo hacia mí”.

Ante la situación comenzó “a correr pero ya era demasiado tarde, uno me agarro de los brazos y otro me agarro de las piernas tratando de llevarme a una parte. Desesperada pude soltarme una pierna y con la otra entré a pegar patadas para defenderme, mientras me desesperaba de las cosas que me decían, de lo que me iban a hacer mientras me llevaban, tratando de tocarme, algo que no dejé pasar”.

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Afortunadamente “en el camino pasó un auto blanco el cual pudo espantar a esos pervertidos, asquerosos y abusivos. No pude llegar a agradecerle al señor con la desesperación de correr e irme” contó y le agradeció: “señor del auto blanco que me salvó, muchas gracias, fue un Ángel para mí. Si no fuera por usted hubiera pasado algo mucho peor”

Finalmente reflexionó: “es lindo caminar sola, pero una no puede ya. No importa lo que lleves puesto, no importa la hora que camines, fui al kiosco a comprar. Esto que me pasó no se lo deseo ni a mi peor enemigo, fue horrible” y pidió “Cuídense chicas, no anden solas y si quieren hacerlo tengan algo para protegerse”.

Fuente: La Prensa de Santa Cruz