“Las represas tendrían que haber comenzado hace un mes”

“Las represas tendrían que haber comenzado hace un mes”. La sentencia corresponde al ministro de la Producción, Comercio e Industria de la provincia, Leonardo Alvarez, quien durante su última visita a la Ciudad de Buenos Aires trajo consigo una apreciación aún más temerosa.

El presidente de la Nación, Mauricio Macri, le habría ordenado al ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, la renegociación de los términos financieros del contrato. Esta habría vuelto a frenar el inicio de las obras.

El Gobierno nacional está haciendo lo mismo con otra obra de envergadura, emplazada en Neuquén, la represa de Chihuido. A pesar de estar lista para su arranque, a través de una UTE compuesta por capitales españoles y rusos (donde participa Isolux), Macri también le ordenó a Prat Gay renegociar la tasa de interés.

“Siento una gran preocupación, al igual que todos los santacruceños cuando a un año de la asunción de Mauricio Macri las grandes obras de infraestructura que necesitamos siguen paralizadas. El 11 de diciembre de 2015 dejaron en la calle a miles de obreros de la construcción,  que trabajaban o estaban haciendo el ingreso a la obra de la Usina de Río Turbio y las represas sobre el río Santa Cruz. Ahora nos dicen que habría una instancia nueva de negociación que tiene tres patas fundamentales que son la construcción de las represas sobre el rio Santa Cruz, la construcción del Belgrano Cargas y el swap de monedas entre la República de China y la República Argentina. Parte de ese dinero ya ha sido utilizado por el gobierno de Cambiemos con lo cual, fiel a su costumbre de cambiar las cosas, volver sobre eso pondría en peligro no solamente el inicio de las represas sino las otras patas. Si se modifican las condiciones de las inversiones chinas, se dispararía un default cruzado”, sostuvo Alvarez, en diálogo con LU 14, la emisora provincial.

-Una de las promesas de campaña de Cambiemos fue la creación del Plan Belgrano, pero en el Presupuesto 2017 no aparecen recursos para tal proyecto. ¿Cree que la intención de Macri es redireccionar los recursos de las represas hacia el indefinido Plan Belgrano?

-Yo quiero creer que no, primero porque la naturaleza del contrato lo prohíbe y segundo quiero creer que no porque entiendo que se pueden hacer las dos cosas. Pero de la misma manera considero que el gobierno nacional tiene una mirada muy clara centrada en todo lo que rodea al Obelisco y a La Pampa Húmeda y el resto queda atado a su suerte. No nos extraña la postura de Macri.

El estudio de factibilidad de la obra había sido aprobado en diciembre del año pasado. El macrismo decidió modificar el alcance de la obra, al reducir las turbinas de 11 a 8, cambiar al comitente del proyecto, que pasó de ser la provincia de Santa Cruz al Gobierno nacional, y se cambió la metodología de funcionamiento de las represas: en vez de funcionar en punta (cuya generación eléctrica sería utilizada frente a los fuertes picos de demanda) ahora pasaría a funcionar en base, es decir una producción constante de energía.

“Se acordó con la Secretaria de Ambiente de Nación luego de la visita del rabino (Sergio) Bergman nuevos estudios de impacto que ya se empezaron a realizar. A pesar de todo, luego de un año, la obra sigue parada. Alguien tiene que asumir la responsabilidad frente a lo santacruceños, porque a ninguno le sorprende la postura centralista que está teniendo el Gobierno nacional, sabíamos quién era Mauricio Macri antes de las elecciones pero lo más difícil de aceptar es que quien pedía el voto a favor de ese cambio aquí en la provincia de Santa Cruz se esconde. Esa persona tiene nombre y apellido y se llama Eduardo Costa.

-¿Cuál es margen que se posee para iniciar las obras?

-Ya perdimos cerca de dos meses con un invierno que fue benigno. Si no arrancamos rápidamente, perderíamos un año más, porque en abril están previstos algunos estudios complementarios, también planificados desde antes, y otras instancias de participación ciudadana. Si pasa el tiempo, vamos a  entrar en la nueva veda invernal y esto hace que el cuadro sea más grave aún. Es necesario comenzar ya. Desde las autoridades nacionales nos dicen que está todo listo, pero la verdad es que se siguen dilatando las obras y los  trabajadores esperan y nosotros aguardamos que los responsables de la alianza Cambiemos en la provincia se hagan cargo y peleen junto a nosotros por estas obras necesarias, no para los integrantes del FpV sino que son obras necesarias para todos los santacruceños.

-¿Por qué el Gobierno nacional presionó para que la provincia no sea la titular de la obra?

-La interpretación que hace el Estado nacional respecto de la Ley de Energía dice de que la titularidad de la obra tiene que ser de Nación porque el financiamiento lo aporta el Tesoro.

Nosotros, por decisión de la gobernadora Alicia Kirchner hemos aceptado la condición para que la obra se haga, en principio porque tenemos la necesidad laboral de miles de trabajadores de la construcción y en segundo término porque entendemos que más allá de quien es el dueño, todos los santacruceños la necesitan. La puesta en funcionamiento de este proyecto es la posibilidad de la industrialización de la provincia, y además recibiremos las regalías por el recurso hídrico. La Gobernadora, sin ningún tipo de egoísmo y entendiendo que no es tiempo para discusiones estériles, ha preferido privilegiar la construcción de la obra antes que entrar en una discusión pequeña sobre la titularidad del proyecto.

-Hace unos meses, el diputado Eduardo Costa intentó llevar la discusión a que era más conveniente producir energía eólica que energía hidroeléctrica. ¿Cree que Costa tiene algún interés económico sobre el sector eólico para pedir el reemplazo del proyecto o qué otro interés podría tener para no hacer nada por las represas?

-La verdad que no sé qué es lo que piensa cuando boicotea cada una de las cosas que queremos hacer en la provincia. No sé si le genera algún tipo de rédito económico o político. No obstante, la posibilidad de inversión en energías eólicas en relación a las represas, son obras complementarias.

Santa Cruz tiene potencialidad en los recursos energéticos renovables, éste será un vector de desarrollo de la provincia. También tenemos una enorme potencialidad en mareomotriz. Estaremos recibiendo empresas rusas la semana que viene que poseen la intención de hacer estudios de pre factibilidad en Río Gallegos. Costa tiene que entender que la industrialización de Santa Cruz no tiene color político.

Soberanía energética Vs Seguridad energética

La soberanía energética es un concepto que habla de la potencialidad del país para generar sus propios recursos y abastecer su mercado interno, en pos de un desarrollo económico integral. En cambio, la seguridad energética solo implica tener diversas fuentes de energía, sin importar que sean importadas, para garantizar un cierto abastecimiento. El Gobierno de Cambiemos habla de seguridad y no de soberanía energética.

La potencia energética instalada –según información oficial de Cammesa-, alcanzaba los 33.340 MegaVatios (MV) hacia diciembre de 2015, de los cuales 31.690 estaban comercialmente disponibles y los otros 1.651 ya habían sido autorizados. El 61 por ciento de esa potencia es de origen térmico, en donde el Gran Buenos Aires, Buenos Aires y el Litoral representan el 46 por ciento del total del país.

Si se tiene en cuenta que la mayor parte de la generación térmica es a base de gas, con el alto costo que eso implica (antes del tarifazo y mucho más después del mismo), la generación de más fuentes de energía hidroeléctrica sería una contribución a la diversificación de la matriz, con un ahorro de divisas para el país. Las represas, tal cual habían sido diseñadas durante el ciclo kirchnerista, eran clave en este sentido.

Actualmente, la potencia instalada de la Patagonia representa el 4,6 por ciento del total de la generación hidroeléctrica. Una vez que las represas estén operativas, habrán incrementado la generación de energía de la Patagonia en un 246 por ciento. De esta manera, la región pasaría a representar el 15 por ciento de la generación total (1800 MV), mientras que la región del Comahue y NEA, que todavía representan el 67 por ciento, caerían 13 puntos porcentuales (54 por ciento).

Con la energía aportada por las represas tal como fue diseñado el proyecto (1740 MV), la Argentina dejaría de importar combustibles (gas sobre todo) por cerca de 1.100 millones de dólares. Con el rediseño de la obra, que lleva su potencia a 1300 MV, serán menos divisas pero el proyecto sigue siendo clave para la reducción del famoso déficit energético.