"Mi padre está muy entusiasmado en acompañarme en la vuelta a Río Gallegos"
Las vueltas de la vida lo traen nuevamente a la ciudad que lo vio nacer hace 50 años atrás. Jorge Ignacio García Cuerva fue designado formalmente ayer por el Papa Francisco como nuevo obispo de la diócesis de Río Gallegos. Venía desempeñándose como auxiliar de Lomas de Zamora.
Se trata de uno de los sacerdotes considerados como “curas villeros” y ayer se confirmó su designación oficial desde El Vaticano por parte del Sumo Pontífice. En diálogo con Tiempo FM Jorge Ignacio García Cuerva señaló que no conocía al papa Francisco aunque alguna vez se han cruzado: "Es verdad que trabajé en la pastoral carcelaria y alguna vez estuve en la conferencia episcopal y después al final el Papa nos conoce más a nosotros que nosotros a él".
Markic: “Es la cancha más salvaje del mundo”
Detalló que es obispo hace 10 meses, y se estaba enamorando de la iglesia diocesana de Lomas de Zamora en donde está en este momento con lo cual siente que es muy raro que lo cambien tan rápido: "Creía que yo era muy joven y me dijeron que tenía que ir alguien con mucha garra y entusiasmo".
Afirmó que está en un momento que por la conmoción ve poco y nada y hay que dejarse guiar por el olfato de las ovejas.
Consultado sobre cuándo llegará a la ciudad capital expuso que según habló con el Administrador Diocesano, viajará en enero en algún momento, después en otros momentos de febrero y la posible fecha sea un sábado del mes de marzo aquí en Río Gallegos para asumir formalmente.
Relató que estuvo solo dos años en Río Gallegos, periodo en el que fue bautizado a los nueve días de nacer en la Catedral: "Mi padre está muy entusiasmado en acompañarme en la vuelta a Río Gallegos".
Qué es ser un cura villero
"Es un título que nos han puesto en su momento a mí y a Gustavo Carrara", declaró, añadiendo: "Yo fui cura en barrios muy pobres en villas de emergencia y mediáticamente nos pusieron este título, nosotros decimos que somos sacerdotes que trabajamos por los más pobres. Sinceramente no me peleo con el cartel, lo único que digo es que la pobreza, exclusión que vive en las villas llega un momento que te marca para siempre, por eso tomo las palabras de San Romero, estar al lado del sufrimiento del pueblo".
La realidad social santacruceña
Fue consultado sobre si conocía cómo se encontraba la Provincia, y al respecto expresó: "El panorama que me hice es el que vi a través de los medios. El tema de las adicciones, la educación, los migrantes que es una problemática de todo lo que es el sur, de la gente que está migrando por trabajo. No estoy muy metido por eso quiero ir a caminar con la gente e iré aprendiendo".
En este contexto puntualizó que siempre fue sacerdote de barrio: "Hoy (por ayer) se cumplen 10 meses y antes del nombramiento, un muchacho me dijo ´Jorge nunca te olvides de los pobres´ y cuando se lo compartí que me iba a Río Gallegos a uno de los muchachos con el que todos los viernes salimos por el camino de cintura con las travestis y las prostitutas, uno de los muchachos me miró a la cara y me dijo ´si una vez te dijeron no te olvides de los pobres, yo te voy a decir que no te vayas de la calle´, entonces yo creo que mi ministerio episcopal sea eso, buscar a los que están en la calle, los más vulnerables".
Su primer destino como sacerdote, en 1997, fue en la parroquia bonarense de Villa La Cava (Beccar) donde estuvo tres años y más tarde acudió a la parroquia de El Talar.
Su formación como diocesano la realizó en San Isidro junto al actual presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, según ese señala un reporte del diario La Nación que hizo el seguimiento de su trayectoria.
Su último destino fue como obispo auxiliar de la diócesis de Lomas de Zamora y además venía desempeñándose como asesor regional de la Pastoral Carcelaria del Episcopado.
Su trayectoria
Nació el 12 de abril de 1968 en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz. Tras sus estudios primarios y secundarios, cursó varios años de la carrera de Derecho, que interrumpió para ingresar al seminario de San Isidro. Posteriormente, en 2009, siendo ya sacerdote se graduó de Abogado en la Universidad Católica de Salta.
Realizó sus estudios de filosofía y teología en el Instituto San Agustín, de la diócesis de San Isidro, filial de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires (UCA), obteniendo el grado de bachiller en Sagrada Teología. Es licenciado en Teología, con especialidad en Historia de la Iglesia (2003) y licenciado en Derecho Canónico (2016).
Recibió la ordenación sacerdotal por imposición de manos de monseñor Alcides Jorge Casaretto, en la catedral San Isidro Labrador, el 24 de octubre de 1997.
Tras su ordenación cumplió los siguientes ministerios y oficios: de 1997 a 2005, vicario parroquial en Nuestra Señora de la Cava” en la villa de emergencia La Cava, de Beccar; de 2006 a 2014, párroco de Santa Clara de Asís, en la localidad de El Talar; y de 2014 al 2017, párroco de Nuestra Señora de la Cava.
Fue miembro de la Comisión Nacional sobre la drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina hasta el año 2013.
De 1998 a 2017, delegado diocesano de la Pastoral Penitenciaria; de 2007 a 2014, delegado regional de Pastoral Carcelaria; de 2010 a 2017, representante de América Latina y el Caribe en la Comisión Internacional de Pastoral Carcelaria (Iccppc); y desde febrero de 2017 vicepresidente de la Comisión Internacional de Pastoral Carcelaria (Iccppc).
Es además miembro del Secretariado Nacional de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina; capellán de unidades carcelarias en la provincia de Buenos Aires; y coordinador de la pastoral carcelaria en el Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
El 20 de noviembre de 2017 el papa Francisco lo designó obispo titular de Lacubaza y auxiliar de Lomas de Zamora, cuando desempeñaba su ministerio como párroco de Nuestra Señora de la Cava, en Beccar, diócesis de San Isidro.
Recibió su ordenación episcopal en la catedral Nuestra Señora de la Paz de Lomas de Zamora el 3 de marzo de 2018 de manos del obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Rubén Lugones SJ, y oficiaron de co-consagrantes monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina; monseñor Alcides Jorge Pedro Casaretto, obispo emérito de San Isidro; monseñor Miguel Ángel D’Annibale, obispo de Río Gallegos, y monseñor Esteban María Laxague SDB, obispo de Viedma.
"Nunca más volví, hasta ahora"
El nuevo Obispo redactó una sentida carta para los hermanos de la diócesis de Río Gallegos. La misma indica:
"Buen día. Como saben, el Papa Francisco me ha designado obispo del Pueblo de Dios que peregrina en las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego. Mi nombre es Jorge García Cuerva, tengo 50 años, y nací en la ciudad de Río Gallegos, ya que mi padre trabajaba allí en ese momento (…) a los dos años vine a Buenos Aires con mi familia, y nunca más volví, hasta ahora… Antes de entrar al seminario, me regalaron una tarjeta con una frase que me marcó mucho en mi vida: “Caminar hacia Dios es abandonar seguridades y arriesgarse a lo sorpresivo”; hoy, una vez más, Dios me sorprende… soy obispo auxiliar de Lomas de Zamora hace tan sólo diez meses, y de repente, este nuevo llamado, esta nueva misión, que me conmueve y estremece.
En este primer contacto con ustedes, quisiera compartirles algunas breves ideas desde mi lema episcopal, “No apartes tu rostro del pobre” del libro de Tobías.
Como dije el día de mi ordenación, el 3 de marzo pasado, quiero ser un pastor sumergido en el rebaño, caminando delante, en medio, y especialmente detrás, confiando en el olfato de las ovejas; un samaritano cuyo corazón se desgarre como el vientre de una madre ante el dolor de los que sufren, un samaritano que no da vuelta la cara, que esté cerca, que sea encontrable, que llore con los que lloran, que celebre y haga fiesta con el pueblo de Dios que sabe reír y bailar más allá de las dificultades de la vida. Que sea testigo de la vida en medio de la muerte en las diversas realidades, comunidades y barrios, en las periferias existenciales, acompañando el caminar y la lucha de tantos que sufren el flagelo de la droga, el drama de la falta de trabajo y de vivienda, la cárcel, la enfermedad, la soledad; porque como decía San Oscar Arnulfo Romero, el pastor tiene que estar donde está el sufrimiento.
Que el Señor me conceda ser pastor, amigo, hermano, de este pueblo de la diócesis de Río
Gallegos; que como dice Francisco en la exhortación EvangeliiGaudium, la vida se me complique maravillosamente, y viva la intensa experiencia de ser pueblo. Les doy la bendición de Dios, y les pido por favor, que recen mucho por mí, y que sea fiel al
Señor, Jorge".