Entrevista con TiempoSur

Para Nadalich uno de los desafíos es que la gente regrese a controlar su salud

El Ministro de la cartera sanitaria habló del trabajo en materia de prevención del COVID-19 pero también se mostró preocupado en el aspecto rutinario de la salud. “Tenemos que pensar en cómo volvemos a los controles de niño sano, de embarazos, de enfermedades crónicas”, expresó. Además, habló de lo que implica la nueva etapa de distanciamiento social. Y dijo que ahora buscarán –a través de los PCR- los anticuerpos al virus generado en la gente: “Que alguien salga positivo, no es un desastre”, sostuvo.

13/06/2020 • 09:27

El ministro de Salud de Santa Cruz, Dr. Juan Carlos Nadalich, desarrolló ayer –entrevistado por TiempoSur- las medidas tomadas por las autoridades para mitigar los impactos del Coronavirus en la población, pero no pasó por alto una preocupación que vienen teniendo en el sistema sanitario en relación a los controles rutinarios de salud que muchos ciudadanos han abandonado por miedo a concurrir a los hospitales.

Tenemos que pensar en cómo volvemos a los controles de niño sano, de embarazos, de enfermedades crónicas”, expresó el funcionario de la cartera de Salud, al tiempo que sostuvo que un embarazo no controlado “es un riesgo que estamos corriendo sin necesidad”.

Asimismo, Nadalich planteó que en la situación actual en la que está Santa Cruz, hay que mantener la conducta y una información adecuada, ya que es fundamental no entrar en “exitismo” ni en el terror al virus. Además, habló de lo que implica la nueva etapa de distanciamiento social. Y dijo que ahora buscarán –a través de los PCR- los anticuerpos al virus generados en la gente.

Seguir cuidándonos- Para comenzar, Nadalich se explayó sobre el momento en que nos encontramos en Santa Cruz y qué tipo de cuidados tenemos que seguir teniendo luego de salir del aislamiento para pasar al distanciamiento social. Dijo que, a nivel normativo, tenemos el Decreto de Necesidad y Urgencia 520 de Nación que marca una realidad diferenciada en el país, con algunas pautas todavía comunes e incluye al territorio santacruceño en la particularidad de salir del aislamiento y permitir el distanciamiento.

También hizo referencia al Decreto 677 de la Provincia, el que “desarrolla hacia las municipalidades determinados grados de apertura”. Y la Resolución 1042 del Ministerio de Salud donde “insistimos en aspectos del concepto de distanciamiento”.

En ese marco, detalló que las fronteras están cerradas y que el tránsito entre una localidad y otra tiene que tener un permiso. Pero, “hacia adentro de las comunidades empieza a haber una rutina donde desaparecen los controles y la interrelación de determinados horarios con más amplitud, con algunas prohibiciones concretas y específicas para el momento actual”, detalló.

Nadalich remarcó lo que ocurre en otros lugares del país, como Entre Ríos, donde por compartir un mate se generaron 18 casos. “Esa toma de conciencia de lo que pasó en otro lugar es para que no nos pase a nosotros, creo que es la etapa fundamental”, afirmó el funcionario. “Por eso nosotros insistimos en hacernos a la idea de una rutina constante de distanciamiento en todos los espacios que tengamos; cuando ese distanciamiento no fuera posible, la utilización del tapabocas”, mencionó.

 

TiempoSur: Regresaron prácticamente todas las actividades, pero lo hicieron con protocolos específicos. ¿Ese fue el requisito sine qua non?

-JCN: Hay un protocolo de tipo general que es el que veníamos hablando. Indudablemente en esta etapa vamos a tener protocolos muy generales. Por ejemplo, los campamentos de las empresas tienen una característica no tan particular como venían teniendo en el aislamiento. En el caso de los negocios, también hay un concepto general. Hay otras actividades, como los odontólogos, los kinesiólogos, los esteticistas, los peluqueros, etc. que tienen determinadas particularidades. No hay que aglomerarse, esa es una regla general. Para lo específico, se pueden desarrollar algunas acciones y otras no por el riesgo. La apertura de un consultorio tiene desarrollos importantes, tiene que hacerse por turnos, no puede haber gente en espera, etc.   

 

TiempoSur: ¿Qué diferencias hay entre casos sospechosos y casos de vigilancia?

-JCN: Por un lado, la definición de caso sospechoso se hizo más sensible. Es decir, antes el caso sospechoso tenía que venir de una región, tener síntomas. En este momento, la búsqueda en Argentina tiene incluso más complejidad. El otro aspecto, que tiene criterios de vigilancia, es un elemento en el que tomás (para el control) un determinado rango de población. En la provincia nos permite buscar un grupo que está en tránsito o que está viniendo de afuera. Eso es lo que estamos teniendo como grupo de vigilancia, los cuales hasta ahora nos vienen saliendo negativo en la búsqueda del virus, que es distinto a decir que esa persona estuvo o no con el virus. Eso lo vamos a ver con el anticuerpo. En poco tiempo más vamos a comenzar a estudiar los anticuerpos que tienen determinados grupos poblaciones en la provincia de Santa Cruz y en base a eso, vamos a poder permitirnos algunas decisiones de avance.

TiempoSur: ¿Le preocupa no haber encontrado nunca el nexo epidemiológico del caso 50, el del trabajador de las represas?

-JCN: No, en epidemiología te acostumbrás a mirar probabilísticamente el tema. Lo que hacen los epidemiólogos es una serie de elementos estadísticos que te da, no una certeza, sino una probabilidad. Siguiendo la epidemiología de los virus que han sido positivos y la característica de comportamiento, nos marca una persistencia en la temporalidad de 14 días entre que se produce el contagio y termina el proceso de la enfermedad. En este caso concreto no fue la primera vez que tuvimos que utilizar el criterio epidemiológico, sino como pasó en El Calafate o en el caso del primer positivo en San Julián. Volviendo a los catorce días, teniendo en cuenta que mayo tiene 31 días, a nosotros la dinámica de lo que pasó nos da en un proceso de enfermo donde el caso cero estaría fuera del campamento (de las represas). El estudio de los convivientes no nos presentó ningún problema. Si hubiese varias situaciones similares, como las que pasaron en Chubut, que no encuentran el nexo epidemiológico en varias personas, entonces sí uno pasa a la fase de trasmisión social. 

 

TiempoSur: ¿Cómo está hoy la capacidad de respuesta del sistema sanitario? ¿Cuántas camas de terapia intensiva se están utilizando?

-JCN: En términos generales, al tomar la totalidad de la provincia, puedo decir que en este momento estamos entre 25 y 30% de ocupación de camas de terapia intensiva. No es lo mismo si se toma una localidad concreta como Río Gallegos. Si tomo la ocupación en el sector público, es mucho más baja que la del sector privado. La parte privada que sería reserva, está bastante más saturada que la parte de espera de sintomatología. En ese marco, ese 30% nos determina que en toda la provincia nosotros estamos en capacidad de atender un primer brote, un segundo brote ya tendríamos que ver qué sucede y cómo estamos. Una primera línea de brote, el sistema está capacitado para responder.

TiempoSur: ¿Está cuantificado en números esa respuesta a un brote?

-JCN: No. Habitualmente comienza la sintomatología en un caso y si tomás alguna de las anécdotas de lo ocurrido en otros lugares del país, depende de la magnitud, como lo del caso del mate en Entre Ríos o lo del chico de Uruguay en un casamiento, donde una persona deja en riesgo a 400. Un brote de una persona que produjo un daño dentro de un colectivo, te puede generar un brote de 60 personas. Si ese descuido se produjera en un avión con 160 personas, tenés un brote más grande. Si se produce en una casa, es un brote de 10 o 12. Si un avión nos viene todo contagiado, Río Gallegos empieza a tener un límite bastante complejo.

 

TiempoSur: Aquellos ciudadanos que han ingresado y que siguen ingresando. ¿Deben continuar con la cuarentena?

-JCN: Aunque hayan estado en cuarentena, nosotros queremos saber cuándo va a venir y la organización de la provincia está cada vez más armada para poder controlar los ingresos, de manera que tengamos un cuidado especial de los que vivimos acá y también de los que vienen. En la norma de tipo provincial, la exigencia es que toda persona que venga a la provincia tiene que comunicar que va a venir. El Decreto 677 indica que todo va en resguardo del aislamiento hasta 14 días, pero habla de que es la autoridad sanitaria la que tiene que tomar la decisión del cuadro. ¿Por qué? Indudablemente del lugar del territorio que se venga, de las circunstancias o características de las que se venga, marca que hay que hacer un análisis técnico de esa situación. Todo el que venga, tiene hacerlo preparado para hacer la cuarentena a un lugar específico y concreto.

 

TiempoSur: En su momento se debatió por qué las personas que llegaban desde otros puntos del país no eran aisladas en hoteles. ¿Nos puede decir por qué decidieron que el aislamiento sea en los hogares?

-JCN: Hay localidades en la provincia que tienen hoteles de sobra por su núcleo de habitad y porque puede haber un distanciamiento en el hotel. En el caso de otras localidades, esos hoteles son muy escasos y de reducido espacio interno. Se traen 100 personas a las que se las pone toda junta, de las cuales no sabes si uno puede contagiar a las otras 99. En la familia, hay que explicarles que tengan todas las precauciones. En muchos de los casos las primeras tandas fueron de gente de clase media que tuvo que hacer algunas erogaciones para poder venir, entonces en su vivienda había habitaciones donde podían aislarse. Y de última, la salida del problema era de un grupo más pequeño que era soportable para las estructuras de salud de la comunidad como fue el caso de Caleta Olivia. Si nosotros los llevábamos al hospital, era saturar a ese nosocomio de una situación que preventivamente no lograba nada porque estaban todos positivos. También gestionábamos que alguien los ayude, porque nosotros le pedíamos a la gente que no salga, pero no podían subsistir catorce días sin ayuda.   

 

TiempoSur: Desde que empezó la pandemia. ¿Está conforme con los insumos que envió la Nación?

-JCN: Un momento de satisfacción grande que tenemos que tener todos los argentinos es que nos hemos comportado como un país que trabajó en conjunto. Gran parte de la situación en la que estamos, se debió a que cerramos fronteras, disminuimos el tránsito. Si lo hubiéramos hecho nosotros solos, no servía. Como Nación se tomaron determinadas medidas que fueron eficientes en el proceso. Lo ven con la evolución de los casos en Brasil o Chile. Con respecto al tema equipamiento, hubo también elementos de organización. Todas las autoridades sanitarias nos pusimos de acuerdo. Comprendimos que había que ayudar en los lugares donde se iba produciendo (el COVID-19) y Nación tomó la posta en esta situación. El elemento clave que ustedes ven es la desesperación, entonces el que tiene recursos, se apropia de todos los elementos e insumos y pierde el que no tiene recursos. En Argentina eso se evitó, tanto con los respiradores, los medicamentos o los insumos. Al mismo tiempo, nuestra aerolínea de bandera pudo superar los marcos comerciales mundiales y pudieron ir a China a traer los componentes que faltaban. Nosotros hemos recibido muchos insumos, hasta que nuestra industria empezó a producir, como por ejemplo hisopos, barbijos, cosas que no teníamos en un primer momento. Lo poco que había lo compartimos para los lugares que iban teniendo casos. El Calafate recibió mucha más estructura de apoyo que el resto de la provincia porque en un primer momento teníamos ahí los casos. Nación tiene una buena cantidad de recursos y se están produciendo. El deterioro de la velocidad del contagio se evitó por las medidas tomadas en forma general.

 

TiempoSur: ¿Los establecimientos sanitarios de la provincia están preparados para esta situación de pandemia?

-JCN: Yo diría que sí en el aspecto pandemia, pero no en el aspecto rutinario. Tenemos que pensar en cómo volvemos a los controles de niño sano, controles de embarazos, de enfermedades crónicas, etc. porque el componente de estar solamente esperando a los infectados por la sintomatología respiratoria, no cubre todo el abanico. Frente al planteo de si estamos preparados, para una cosa sí, pero para otras, estamos mal. Tenemos que volver a un momento de interrelación porque las propias personas frente a algunos mensajes que no logran dar un cierto grado de tranquilidad, dejan de concurrir. Y la verdad que un embarazo no controlado es un riesgo que estamos corriendo sin necesidad.

 

TiempoSur: A la hora de tomar decisiones locales y provinciales, siempre se remarcó que la última palabra la tenía la autoridad sanitaria, es decir, usted. ¿Cómo fue ese proceso?

-JCN: Hubo que transitar expectativas muy grandes que todavía las tenemos. Nosotros estamos mucho más preocupados que muchos ciudadanos de Santa Cruz. Lo que tenemos que hacer es que no entremos ni en el exitismo ni en el terror. Hay que hacer cosas porque el virus hace su trabajo, lo ha demostrado en todo el mundo. Con respecto al equipo, en niveles locales hemos tenido ciudadanos que entraban en miedo y decían: ‘Como vos trabajás en el hospital, no quiero que vivas en mi barrio’, lo cual se ha ido superando. Pero también hacia dentro del equipo de salud con personal que tiene que estar al servicio y que tenía miedo de que alguien le viniera enfermo. En estas cosas se ha podido trabajar trasversalmente para que el miedo desaparezca y con conductas específicas y equipos de protección, se pudiera ir superando. Manteniendo la conducta y una información adecuada, que no sea ni terrorismo ni un exitismo, es lo fundamental.

 

TiempoSur: Que en este momento no haya casos en Santa Cruz no quiere decir que en el futuro no los vaya a haber. ¿Cómo manejan esa posibilidad?

-JCN: Quiero decirles que hasta sería bueno que aprendiéramos a entender esa dimensión. El virus, por sus características, vino para quedarse. Si una comunidad queda totalmente cerrada, permanentemente va a tener que estar a la defensiva, porque el brote se va a producir. Qué es lo que estamos buscando en el área de la salud en todo el país, es que el proceso de esa interrelación, entre que no tenemos nada como una vacuna, lo que se haga sea progresivamente. El 80% de la situación de contagio no provoca riesgo, menos si son personas de una edad no muy alta. Y, por otra parte, ayer terminó de llegar el equipo a Caleta Olivia para hacer PCR (Pruebas de diagnóstico) lo que va a implicar una gran tranquilidad en el tránsito de los hisopos. Esa es la búsqueda del contacto con el virus. Ahora vamos a empezar una etapa de saber qué anticuerpos han generado en la población. Si nosotros tuviéramos una comunidad que nos da que el 50% de la población está con anticuerpos, podríamos liberar muchísimas más acciones porque un brote allí se daría con una proporción muy pequeña de la comunidad y esto es bueno. Que alguien salga positivo, no es un desastre, es un elemento que hay que acompañar y que no deja de ser, además de un problema, un beneficio, porque las personas que en El Calafate han transitado por la enfermedad, son personas que han generado anticuerpos y nos generan un grado de casos menores en los contagios.   

 

“Hay gente que piensa que son semidioses, que no les va a pasar a ellos”  

El Ministro de Salud evaluó como si fuera un profesor el comportamiento de la población durante estos dos meses y medios de pandemia.

“Uno podría ponerle un 9 a la clase. ¿Por qué no se le puede poner un 10? Porque no fue un comportamiento homogéneo”, expresó.

Por su parte, Nadalich dijo que hemos tenido conductas de un grado de responsabilidad comunitaria importantísima, de acatamiento. “Hay algunos conceptos como el del uso del

tapa; algunos han entendido para qué es y otros trabajan con miedo y están permanentemente usándolo aunque estén solos”, resaltó.

“Eso nos dice que no hemos llegado bien con el mensaje. Y el otro extremo es el de la irresponsabilidad que es no usarlo. Hay gente que piensa que son semidioses, que no les va a pasar a ellos”, manifestó.  

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