Que la distancia física no afecte la cercanía familiar y comunitaria

Por Paola Vessvessian*

La inesperada pandemia ha alterado la vida cotidiana y los planes de todas y todos.

Desde la rutina individual hasta las políticas de todos los Estados del mundo, debieron ajustarse a una nueva realidad, a la que todavía nos debemos ir adaptando y que, por mucho tiempo, seguirá siendo cambiante.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las amenazas de esta “peste” no quedan restringidas solamente a la peligrosidad del virus, sino que invade prácticamente todos los ámbitos en los que desarrollamos nuestras vidas. No sólo se deteriora la economía, la educación, la salud mental, por citar algunos ejemplos, sino que, fundamentalmente, se entorpece el desarrollo de nuestras relaciones sociales y comunitarias.

Pero, si algo nos ha demostrado esta indeseada situación, es que el éxito en estas luchas es de todos, todas y todes. Sólo se puede garantizar con el accionar colectivo. Y esto requiere fortalecer las relaciones y construir solidaridades, hacia una comunidad organizada.

Llevamos más de tres semanas sin nuevos casos confirmados, a pesar de la multiplicación del número de pruebas administradas y testeos sanitarios. Ha sido la comunidad y el Estado, a través del accionar conjunto y coordinado, la que logró que Santa Cruz haya conseguido contener su circulación.

También es obvio que esto no nos exime de la exigencia de cuidar lo logrado, sino que, al contrario, nos muestra la fuerza de la comunidad santacruceña cuando nos proponemos un objetivo común.

Éste es un entorno que no facilita las cosas. Las diversas medidas basadas en el distanciamiento social se convirtieron en los instrumentos principales mediante los que, las personas y las comunidades, intentamos contener los contagios y las muertes que el COVID-19 podría provocar.

Tenemos que ser capaces de convertir esta mayor distancia física en cercanía comunitaria. Y esta premisa vale tanto para enfrentar los desafíos de hoy como los del mañana.

Porque es fácil de ver que estas circunstancias son mucho más difíciles para algunos que para otros.

Son numerosas las iniciativas que los distintos niveles de gobierno han venido disponiendo, primero para atender a las situaciones de mayor vulnerabilidad, pero también para asistir y dar sustentabilidad a nuestras empresas y a la economía provincial.

El trabajo de miles de voluntarios y voluntarias, ya sea a título individual o a través de las numerosas instituciones y organizaciones sociales santacruceñas, ha sido clave en todos los aspectos de la emergencia, facilitando el despliegue territorial de todas las acciones que se fueron articulando desde Nación, Provincia y Municipios. También lo será en el futuro.

Y esta potencia de la conciencia comunitaria, incluye el terreno económico, ya que cuando las dificultades emergentes nos han llenado de tensiones, sólo el diálogo y el abordaje colectivo ha permitido ir conciliando las justificadas diferencias.

Insisto por ello en la importancia de estrechar los lazos comunitarios en esta compleja situación, en la que vamos construyendo una nueva normalidad que, sujeta a la responsabilidad individual y colectiva en la observancia de los protocolos de cuidados, nos posibilitará ir revirtiendo los daños sufridos...siempre y cuando lo hagamos unidos.

Cuidado, en vez de miedo; confianza en vez de desánimo; solidaridad en vez de individualismo.

*Paola Vessvessian, Diputada Nacional Por Santa Cruz (FDT)