Represas paradas

La UTE y los trabajadores en total incertidumbre

Así lo aseguraron fuentes cercanas al proyecto que se construye sobre el río Santa Cruz y se encuentran frenadas desde diciembre. A la espera de la Adenda XII, los trabajadores se mantienen en estado de alerta. 

  • 15/02/2024 • 08:29

La situación de las represas que se construyen sobre el río Santa Cruz sigue en punto muerto. Con el cambio de autoridades a nivel nacional, la paralización terminó siendo inevitable y pocos se animan a conjeturar con su futuro cercano. 

Tras el informe que publicó TiempoSur el último domingo, se conoció ese día por la noche que un sector de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), que trabaja en la represa Néstor Kirchner, bloqueó el ingreso por temor a que empiecen con la quita de maquinaria en la obra. 

“Estamos en alerta máxima. En estos días estaremos convocando a una gran movilización por las represas en la Ruta Nacional N° 3 a la altura de la localidad de Comandante Luis Piedra Buena”, comunicaron desde la UOCRA. 

 

Incertidumbre

Los trabajadores están inquietos con la situación y la preocupación por las fuentes laborales emana todo el ambiente. Si bien ya ha habido tramos en los que la obra se ha detenido casi por completo en estos años, perciben que la situación hoy está en un escalón más por las decisiones del Poder Ejecutivo Nacional y la falta de respuestas certeras. 

Iniciadas en 2015 (tres años después del anuncio) y demoradas durante la gestión de Mauricio Macri, además del primer tramo del Gobierno del Frente de Todos, las dos represas (Néstor Kirchner y Jorge Cepernic) son de los proyectos más ambiciosos vigentes en el país en infraestructura y si la situación continúa con este nivel de incertidumbre corren el peligro de no concluirse.

Ahora, desde distintos ángulos, trabajan para que se destrabe la Adenda XII, un documento que deberían rubricar representantes de Energía Argentina S.A. (ex Enarsa) y China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China Limited (ICBC) y Bank of China Limited y que establece las condiciones financieras y de obra actualizadas.

 

Sin la firma de la Adenda, China no puede desembolsar los cientos de millones de dólares que prometió y ahí está el punto de mayor preocupación en todos los actores que integran la mega obra que se edifica sobre el río Santa Cruz. 

Gestiones

Según dijeron a TiempoSur fuentes vinculadas al proyecto, desde la Unión de Empresas Transitorias (UTE) -que nuclea la sociedad de Gezhouba, Eling Energía e Hidrocuyo, las tres empresas a cargo de la construcción- “se han realizado todas las gestiones y esfuerzos para el desarrollo del proyecto y su finalización y que en todas las etapas en las que el proyecto tuvo situaciones de paralización se mantuvieron las fuentes de trabajo, incluso se realizaron esfuerzos extraordinarios para la continuidad de las actividades durante la pandemia”.

Agregaron que la continuidad de la obra “depende las gestiones del Ministerio de Economía de la Nación para solicitar un nuevo desembolso del crédito de bancos chinos y de la firma de la Adenda XII al contrato de obra entre Energía Argentina (Ex Enarsa) y la UTE, que lleva más de un año de gestión y meses de promesa de firma por parte de Energía Argentina”.

 

Y, para completar, aseguraron a este medio que la Adenda normaliza el contrato de construcción y “todo lo planteado por la UTE tiene su respaldo técnico y documental. Sin esas gestiones, las actividades del proyecto no pueden avanzar”. 

“Es necesario reanudar el proyecto con los recursos necesarios (crédito chino) y las cuestiones contractuales resueltas para evitar nuevos parates”, finalizaron. 

El riesgo es doble: según un informe de El Cronista, si las obras no se terminan, la Argentina se quedaría con la deuda con China y sin la posibilidad de repagarla a través de la generación de energía (el contrato establecía 20 años de gracia para el pago) además del pasivo ambiental que tendría que remediar en la provincia.

Un alto funcionario del Gobierno de Santa Cruz, consultado por TiempoSur, había confirmado que están trabajando para la continuidad de las represas que, según varios relevamientos, tiene entre 3 mil y 4 mil empleados –muchos de ellos de Santa Cruz-.  En Economía no dan señales positivas y todo sigue, por ahora, en stand by.