Vivir sin cloacas: Enfermedad asegurada
El acceso a servicios de agua potable y saneamiento mejorado representan un eje clave de intervención en políticas de salud pública, hoy lejanas para miles de familias que exponen a diario sus dificultades para el correcto saneamiento. A qué se exponen los vecinos que a diario conviven con materia fecal y por qué aumenta la preocupación en esta fecha.
El gran crecimiento que han tenido los agrupamientos habitacionales hacia el sector, mal llamados de la periferia, y la adopción, cada vez más evidente por parte de los usuarios de muchas de estas viviendas, como vivienda permanente, hace que las soluciones adoptadas hasta el momento para resolver sus problemas sanitarios, basadas en pozos absorbentes para los líquidos cloacales y pozos de agua independientes para cada vivienda, ya “no sean seguras”, desde el punto de vista sanitario y ambiental.
Su vida útil es limitada y el tiempo de funcionamiento correcto dependerá de la existencia o no de cámara séptica y de la cantidad de grasas y volúmenes de líquido volcados al mismo. Vale la pena mencionar que la proliferación de pozos absorbentes constituye focos constantes de contaminación de las napas de agua. Pero no solo esto, en las últimas horas TiempoSur ha dialogado con diferentes referentes barriales que han manifestado la preocupación ante la llegada de los días de mejor temperatura. Según expresaron, en la actualidad, muchas de las familias que habitan en sectores sin red cloacal y no pueden hacer frente al costo de camiones atmosféricos, terminan vertiendo sus desechos cloacales en la vía pública, donde producto del mejoramiento del clima se terminan secando y luego convirtiendo en polvo en suspensión a raíz del tránsito vehicular, lo que genera una mayor exposición a enfermedades.
Estudios de la OMS han demostrado que la deposición de aguas residuales a través de soluciones de saneamiento es una de las intervenciones más costo-efectivas para mejorar la salud de niños menores de 5 años. Los desagües por red cloacal generan externalidades positivas en barrios intervenidos reduciendo las probabilidades de contagio de enfermedades diarreicas, siempre y cuando un número significativo de hogares se conecten a la red, de lo contrario la inversión no tendrá mayor impacto en la comunidad.
En nuestra ciudad, ya en 2015, el ex diputado por Municipio, Carlos Albrieu, pedía al Ejecutivo municipal la declaración de emergencia sanitaria, por entonces por “desbordes cloacales que prevalecen en varias arterias del casco céntrico”, pero también por esta situación particular de los barrios alegados del casco antiguo. “Es una forma de contaminar con la suela de los zapatos, yo camino por ahí y cuando entro a mi casa distribuyo esa contaminación”, exponía el por entonces diputado y recomendaba que “cuando el vecino entra a su casa se cambie los zapatos para no infectar a sus hijos”, aunque la prevención se hace más difícil cuando hablamos de polvo contaminado en suspensión”.
También en diálogo con TiempoSur, el Dr. José David, profesional médico de nuestra ciudad, comentó que la exposición a este tipo de bacterias “puede derivar en la afección de la vía respiratoria alta o puede también afectar la vía respiratoria baja produciendo un cuadro de alergia, incluso cuando los chicos tienen problemas respiratorios puede producir hasta un asma por contaminación. Después puede afectar a la vista, producir conjuntivitis, diarrea y cuadro de vómito si ingresa al aparato digestivo. Son muchas las causas que puede traer en el organismo hasta producir una enfermedad”.
En otro tramo de la nota explicó que “por lo general muchos de los virus, bacterias, hongos o parásitos, durante la defecación mueren y son los más resistentes los que pueden ocasionar dificultades” y sumó para alertar: “En esta época del año también lo que tenemos es una tasa de pacientes con gripe común, algunas alergias estacionales, por lo que debe prestar atención y recurrir al médico para despejar dudas”.