Hidroponia Antártica

Cultivar en uno de los entornos más inhóspitos de la Tierra

Durante el mes de julio los avances del Módulo Antártico de Producción Hidropónica han sido significativos y desde el equipo interdisciplinario esperan obtener la primera cosecha durante este 2019. Jorge Birgi, investigador de la estación experimental agropecuaria del INTA en Santa Cruz, habló del proyecto ubicado en la Base Marambio para mejorar la nutrición del personal.

  • 16/08/2019 • 09:49

Para poder entender sobre la importancia de este proyecto hace falta hacer mención a un poco de historia. El Tratado Antártico que se firmó el 1° de diciembre de 1959 en Washington, brinda un marco normativo en relación al uso pacífico de la Antártica. Fue firmado por los doce países que habían desarrollado actividades en el Continente Blanco durante el Año Geofísico Internacional (1957-58): Argentina, Nueva Zelanda, Australia, Noruega, Bélgica, Sudáfrica, Rusia, Chile, Francia, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos, países que adquirieron automáticamente la condición de Miembros Consultivos.

Desde la firma del Tratado el continente es considerado una reserva natural, por lo que la población de las bases ha dejado de alimentarse de la fauna local y su dieta depende de los alimentos que llevan desde sus países de origen en buques y aviones para luego ser conservados. Los alimentos disponibles incluyen carnes blancas y rojas, legumbres, verduras enlatadas y frescas (papas, cebollas), lácteos y fiambres. En este sentido, la imposibilidad de contar con cultivos hace que sea bajo el consumo de frutas y hortalizas frescas, por lo que la dieta incluye un alto porcentaje de comida enlatada que, al ser rica en sodio, favorece el desarrollo de hipertensión especialmente en la dotación permanente. Justamente para revertir esta situación es que hace un tiempo se desarrolla el sistema llamado NFT (Nutrient Film Technique). Básicamente, el uso del cultivo hidropónico.

El proyecto y objetivo

Los obstáculos para el desarrollo de la iniciativa son múltiples. Además de enfrentar las limitaciones naturales, como habíamos mencionado, también se deben respetar estrictas normas en lo que hace a las actividades que se pueden desarrollar en el lugar a fin de garantizar la preservación de medioambiente, que incluyen la imposibilidad de utilizar el suelo y el correcto tratamiento de los residuos generados por los cultivos. Es por este motivo que se ha pensado en el sistema NFT, el cual permite la producción en zonas con poca disponibilidad de agua o con suelos pobres.

Según dejó trascender Jorge Birgi a NOS, “el sistema se ensamblará de manera modular en contenedores marítimos de seis metros”, y detalló: “Lo que se está utilizando es material que la Base tiene disponible y se puede conseguir fácilmente. Diseñamos el modulo en función de lo que hay, las estanterías están trabajando en aluminio, con palet de pista, se está reutilizando material”.

Por otro lado, y en cuanto al objetivo explicó: “El proyecto consiste en equipar el contenedor con tecnología hidropónica y responde a la necesidad de las Bases Antárticas Argentinas de abastecerse de verduras frescas en épocas donde el ingreso del Hércules está limitado por cuestiones climáticas y otros factores. Entonces el objetivo principal del proyecto es producir verduras frescas para la dotación científica y militar”.

Vale la pena resaltar que la idea de producir vegetales en la Antártida surge hace un tiempo, particularmente a pedido de Martín Díaz y Cesar Araujo del Comando Conjunto Antártico. En este sentido, Birgi contó que “gracias a una reunión que mantuvimos en la Estación Experimental Santa Cruz y algunos datos que nos pudieron brindar, concretamos en agosto del 2018 una visita a Base Marambio para ultimar detalles y ver cuáles son los espacios disponibles. Gracias a esa reunión que se mantuvo con el personal del comando logramos avanzar en el proyecto que se basó en la designación de un lugar y reutilizar espacio de la base para lograr la superficie necesaria para producir”.

Cumplir con la labor de cada uno

En otro tramo de la charla el referente de INTA Santa Cruz hizo hincapié en la importante labor que desarrolla el personal que habita en base durante gran parte del año, y la importancia de colaborar con esta tarea de soberanía. “La labor que lleva adelante el comando es muy importante, con una logística muy compleja, y el INTA, con este proyecto en particular, está tratando de apoyar con herramientas, en este caso técnicas hidropónicas para aportar a esta parte de la logística, que es la de los vegetales fresco”, resaltó al explicar: “Como saben muchos de estos alimentos tienen una vida útil muy baja, entonces cuando hay demora en los vuelos no llega a la Base en las mejores condiciones y puede haber una deficiencia, si se quiere, de verduras frescas en la alimentación del personal”.

En este punto el investigador resaltó la tarea del grupo de trabajo interdisciplinario conformado por personal del INTA y personal de la Universidad de la Patagonia Austral (UNPA), del cual se abocó a la tarea de armado del módulo durante el mes de julio pasado.

En cuanto a la experiencia, Birgi reflejó: “En la base hay dos cosas que probablemente sea lo más destacable. Uno, el paisaje antártico, y después la camaradería. La comida que se genera en la Base es increíble, se come muy bien, y lo que nosotros estamos haciendo es un aporte para la alimentación más saludable, tratar de aportar vegetales frescos, que cuando ese insumo llegue a la cocina seguramente la gente de la dotación va a hacer maravillas. Esta es la patita que está faltando para que sea casi perfecta. Es aportar el material fresco, recién cosechado, para que ellos también puedan consumir de manera saludable”.

 

Los avances del mes de julio

Hasta el pasado 20 julio, día que el Hércules retiro una vez más al equipo de trabajo interdisciplinario de la base, el proyecto estaba en etapa de fabricación de infraestructura para producción. Vale la pena aclarar que, debido a las condiciones extremas de producción, en el módulo se controlarán las condiciones de luz y temperatura. Se instalarán una combinación de lámparas fluorescentes y luces LED, que regularán el fotoperiodo (períodos de luz-oscuridad) y la intensidad de la luz en función de los requerimientos de cada cultivo en particular, mientras que para mantener la temperatura adecuada cuenta con un complejo sistema de aislamiento tricapa, y calefacción a base de energía eléctrica. Para propiciar un rápido crecimiento de las especies hortícolas se contará con un programa que regule la temperatura simulando las condiciones óptimas del día y la noche según corresponda. “Todo monitoreado desde la Estación Experimental Santa Cruz”, celebra el entrevistado.

En la siguiente etapa lo que plantea es poner los equipos de bombeo, los cajones de producción y el sistema de automatización, este